Washington/EFE
El director de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), John Morton, aseguró ayer al Subcomité de Asignaciones de la Cámara de Representantes que su agencia puso en la calle a 2,228 inmigrantes indocumentados “por razones exclusivamente presupuestarias”.
Morton explicó que la decisión no se discutió con ningún cargo político, incluida la Casa Blanca y la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
El presidente del subcomité, el republicano John Carter, insistió a Morton que pese a sus afirmaciones las liberaciones se produjeron en medio de la campaña del presidente Barack Obama para evitar los recortes automáticos antes del 1 de marzo.
El 5 de marzo, el Comité Judicial de la Cámara hizo público un documento interno de la ICE que describía los planes de la agencia para liberar a miles de inmigrantes ilegales antes del 31 de marzo. Los inmigrantes que salieron de los centros aun se enfrentan a una posible deportación y deben comparecer ante las autoridades.
Según el Foro Nacional de Inmigración, cada inmigrante indocumentado recluido cuesta a las arcas públicas alrededor de 164 dólares por día. Sin embargo aquellos que están en la calle, pero vigilados (bien sea por dispositivos GPS, con visitas a sus domicilios u otras fórmulas) cuestan entre 30 centavos y 14 dólares por día.
ESTUDIAN RECORTAR VISAS
Por otra parte, el diario The Washington Post informó que el grupo de senadores que elabora la hoja de ruta de la reforma migratoria estudia reducir el número de visados de reagrupación familiar, lo que permitiría destinar unos 90,000 permisos de residencia a trabajadores extranjeros con alta cualificación.
Según el diario, los demócratas estarían dispuestos a eliminar la posibilidad de que adultos, niños y hermanos de estadounidenses puedan solicitar permiso de residencia en el país por motivos familiares. A cambio, quieren conseguir la aceptación republicana para establecer un camino hacia la residencia permanente y ciudadanía de los 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Entre las mejoras de las que se podrían favorecer los familiares de ciudadanos que soliciten el permiso de residencia en EE.UU. estaría el aumento del porcentaje de visados que se tramitan cada año por país, que pasaría de un 7 a un 15 por ciento.
El programa de visados familiares tiene una lista de espera de 4.3 millones de personas. En Filipinas la demora en la tramitación dado el elevado número de solicitudes alcanza las dos décadas, más que ningún otro país.
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