BUENOS AIRES/AFP
Jorge Mario Bergoglio, como cardenal de Argentina, se enfrentó tenazmente a un creciente movimiento de derechos de las minorías que alcanzó su pico máximo en 2010 con la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, en un país con el 75 por ciento de la población católica, que tras la dictadura (1976-83) comenzó a sacudirse su impronta conservadora.
“Lo cierto es que Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por el padre Bergoglio”, afirmó respecto al secuestro.
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El presidente Carlos Menem (1989/99) declaró en 1998 al 25 de marzo como el Día del Niño por Nacer, en una cruzada contra el aborto. En los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa y sucesora Cristina Kirchner se abrió una etapa de profundización de los derechos de las minorías sexuales, como la aprobación del matrimonio igualitario, que permite el casamiento de personas del mismo sexo y de identidad de género (2012), que permite a travestis y transexuales registrar su nombre con el sexo elegido.
A contramano del fervor que provocó en Argentina el inicio del pontificado de Bergoglio, el papa Francisco, una luz de alerta se encendió entre organizaciones de gays y lesbianas y grupos feministas que impulsan la despenalización del aborto.
“Bergoglio significa la expresión más clara del fundamentalismo religioso en relación con los derechos humanos y la identidad de género”, advirtió Pedro Paradiso, dirigente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). Desde la sanción de la ley, una veintena de parejas de homosexuales se casaron y otras 50 están anotadas para hacerlo, según datos de finales de 2012.
“El papa nos definió como un movimiento del demonio, hizo una cruzada contra nosotros”, denunció Paradiso, quien descree de la imagen más compasiva del pontífice: “Con el papa están vendiendo un producto de un personaje que ya conocemos”.
Según Paradiso, “Bergoglio tiene la posibilidad de cambiar y pedir perdón, si no, es más de lo mismo. Es importante para los católicos argentinos pero para nuestra agenda sabemos lo que tenemos enfrente: una iglesia misógina y machista”.
María Teresa Bosio, presidenta de la ONG Católicas por el Derecho a Decidir, que trabajan por el aborto y los derechos sexuales y reproductivos, admitió que el papa forma parte “de un sector menos recalcitrante de la Iglesia frente a lo que representa el Opus Dei”. Comparó a Francisco con Barack Obama en Estados Unidos. “Obama, al ser negro y demócrata había generado mucha ilusión pero finalmente estuvo sujeto a una estructura de poder”, agregó esta docente de Trabajo Social en la estatal Universidad Nacional de Córdoba.
El debate por el aborto es complicado porque Kirchner coincide con Francisco en no despenalizarlo. En Argentina se realizan al año unos 500,000 abortos clandestinos, en los que mueren un centenar de mujeres, según estimaciones oficiales.
Durante el debate en el Congreso, Bergoglio sostuvo en una carta a religiosas que con la Ley del Matrimonio Igualitario “está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios”. (…) No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (este es solo el instrumento) sino de una movida del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.
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