Ciudad del Vaticano/AFP
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Al delito de estos sacerdotes venía a sumarse otro: el silencio que cubría los hechos. Algunos curas eran trasladados o protegidos por los obispos.
En América Latina se registraron casos de pedofilia. El más grave fue el del fundador del movimiento ultraconservador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
Benedicto XVI pidió perdón en varias ocasiones en nombre de la Iglesia a las víctimas e impulsó la tolerancia cero, imponiendo que los crímenes de pedofilia fueran denunciados ante las autoridades judiciales, lo que no se cumple en todos los países, prefiriendo muchas veces ocultarlos con millonarias indemnizaciones.
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El papa argentino Francisco instó al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Gerhard Muller, a luchar “con determinación” contra los curas pedófilos al confirmar ayer la línea de rigor adoptada por su predecesor Benedicto XVI contra uno de los escándalos que más han desacreditado a la Iglesia católica.
El sumo pontífice confirmó que preconizará la tolerancia cero como Benedicto XVI e invitó a la jerarquía de la Iglesia a promover “ante todo medidas de protección de los menores”, subraya una nota divulgada por la oficina de prensa del Vaticano. Francisco invitó también a que se “ayude a todos aquellos que han sido víctimas de violencia en el pasado”.
El pontífice, elegido el 13 de marzo para reemplazar a Benedicto XVI tras su renuncia, instó a que se impulsen “los procedimientos debidos contra los culpables”, una lucha que considera importante “para la Iglesia y su credibilidad”, sostiene la nota. A las conferencias episcopales de todos los países invitó a “formular y adoptar” las directivas establecidas, y reiteró que “reza en modo particular” por “el sufrimiento” de las víctimas de abusos.
El nuevo promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Robert Oliver, quien tomó posesión hace pocos semanas del cargo que fue por diez años de monseñor Charles Scicluna, recordó recientemente que es “obligatorio” para todas las iglesias dirigirse a las autoridades civiles en los casos de abusos sexuales cometidos contra menores por miembros del clero, “aunque cada país tenga su propia legislación”. “Vale para todos”, dijo.
PRUEBA DE VOLUNTAD
La voluntad de limpieza por parte de la Iglesia de Estados Unidos ha sido demostrada por el cardenal estadounidense Sean O’Malley, fuertemente comprometido en la lucha contra la pedofilia, quien considera que los obispos culpables de cubrir los abusos deben ser penalizados también y pidió, antes del cónclave para la elección del papa, políticas claras al respecto.
Barbara Dorris, portavoz de la asociación estadounidense de víctimas, SNAP, manifestó que “algunos consideran un progreso que el nuevo papa se refiera a la pedofilia en el primer mes de su papado. No es así. Se debate desde hace años, decenios, sobre el asunto. Necesitamos pasar a la acción y no seguir hablando”.
“Gran cosa. Las acciones son más elocuentes que las palabras. Y una de las primeras acciones del papa Francisco fue visitar al prelado prominente quizás más corrupto del planeta, el cardenal Bernard Law, que sigue siendo funcionario poderoso de la Iglesia pese a haber sido desplazado de Boston por ocultar y permitir delitos de cientos de clérigos que vejaron niños”, dijo Dorris en un comunicado.
SNAP denunció al Vaticano por “crímenes contra la humanidad” ante la Corte Penal Internacional y pide que se divulguen los nombres de los culpables en internet y que los obispos que han encubierto casos sean denunciados ante la policía.
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