Celia Sierra/EFE
La tendencia de las famosas reconvertidas a diseñadoras es cíclica, propia de una industria donde lo superficial es éxito seguro, pero figuras como la inclasificable Victoria Beckham ha convencido a los escépticos de que es posible ser, a la vez, “celebrity” y respetable creadora.
Pero la excantante no es la única figura de la farándula que ha conseguido que las tomen en serio en la industria de la moda. Las gemelas Mary-Kate y Ashley Olsen, otrora actrices y fenómeno juvenil, son las artífices de una firma de lujo, The Row, con puntos de venta en todo el mundo.
Otro caso de éxito, aunque no haya conseguido tantas adeptas, ha sido el de la vocalista de No Doubt, Gwen Stefani, que con un sello futurista ha conseguido ganarse el respeto de sus compañeros de profesión.
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