En su informe anual sobre la pena de muerte en el mundo, la organización de defensa de los derechos humanos con sede en Londres denunció al menos 682 ejecuciones, dos más que en 2011, en un total de 21 países.
Esta cifra no incluye sin embargo las “miles” de ejecuciones que AI cree que hubo en China, país donde estos datos se consideran secreto de Estado y donde el número de personas al que se les aplicó la pena de muerte “volvió a ser superior a la cifra total en el resto del mundo”.
Tres cuartas partes de las ejecuciones confirmadas se registraron en Irán, Irak y Arabia Saudí, los tres siguientes países del ránking.
Irán reconoció oficialmente haber ejecutado a 314 personas, aunque la organización afirma que también en este caso “el número real es seguramente muy superior”.
Pero la situación que suscita “gran preocupación” para Amnistía es la de Irak, país que escaló al tercer puesto de esta lista, con al menos 129 ejecuciones en 2012, casi el doble que las 68 registradas el año anterior y el mayor número desde 2005.
Amnistía denunció que en ese país las ejecuciones, generalmente aplicadas por delitos de terrorismo o asesinato, “a menudo se llevaban a cabo en tandas, con hasta 34 en un solo día”.
Además, la organización señala que hay otros “cientos de personas cuyas condenas ya se han ratificado, y que podrían ser ejecutadas en cualquier momento”.
CINCO PAÍSES REANUDAN LAS EJECUCIONES
India, que no había aplicado a nadie la pena de muerte desde 2004, ejecutó en la horca en noviembre a Ajmal Kasab, el único autor superviviente de los atentados de Bombay, que dejaron 166 muertos en la capital financiera del país en 2008.
Japón por su parte, la única gran potencia industrializada que aplica la pena de muerte junto con Estados Unidos, reanudó las ejecuciones en marzo tras un lapso de 20 meses, y llevó a cabo un total de siete.
En cambio, no se registró ninguna ejecución en Vietnam, Singapur y Bahréin, países que suelen aparecer en la lista de Amnistía.
“El retroceso observado en 2012 en algunos países es decepcionante, pero no invierte la tendencia mundial contra el uso de la pena de muerte”, declaró el secretario general de la organización Salil Shetty.
“En muchas partes del mundo, las ejecuciones empiezan a ser cosa del pasado”, agregó precisando que “sólo uno de cada 10 países” aplica hoy en día esta “pena cruel e inhumana”.
Entre estos 21 países (7 menos que en 2003), destaca una vez más Estados Unidos, el único país de las Américas que aplica la pena de muerte. Con 43 ejecuciones en 2012, se situó en el quinto lugar de la lista por detrás de China, Irán, Irak y Arabia Saudí.
En toda la zona de Europa y Asia Central, sólo Bielorrusia llevó a cabo ejecuciones en 2012, mientras que Letonia se convirtió en el 97º Estado que abolió la pena capital para todos los delitos.
“Los gobiernos que siguen aplicando la pena de muerte se han quedado sin argumentos para justificarse. No está demostrado en modo alguno que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio especial frente al delito”, afirmó Salil.