TURÍN, El Salvador/AFP
En el fondo de una gigantesca excavación, la Fiscalía salvadoreña comenzó a descubrir los primeros restos óseos de personas asesinadas por pandilleros en el área rural de Turín, un poblado ubicado 88 kilómetros al oeste de San Salvador, constataron periodistas de la AFP.
“El panorama es que ya llegué a los cuerpos. Ya penetré el pozo, ya recuperé las primeras piezas óseas”, declaró a la AFP el criminalista, ingeniero y arqueólogo forense, Israel Ticas, que dirige los trabajos.
Las autoridades sospechan que al menos una decena de cuerpos fueron lanzados por los pandilleros al fondo de un pozo de unos 42 metros de profundidad y apenas 90 centímetros de diámetro, que anteriormente fue utilizado con fines de riego en esa área de Turín.
Ante la imposibilidad de extraer las osamentas desde arriba, debido a la estrechez del foso, Ticas optó por hacer una enorme excavación desde una distancia de 200 metros para llegar al fondo del pozo, lo que implicó remover toneladas de tierra.
La hondonada de 30 metros de ancho por 200 de largo a la que hoy descienden hasta vehículos, fue construida con maquinaria del Comando de Ingenieros del Ejército y del Ministerio de Obras Públicas y requirió un paciente y prolongado trabajo de 16 meses.
“Lo negativo es que el manto freático (el agua subterránea) inicia a los 36 metros bajo la superficie y los cuerpos están a 42 metros, es decir a una profundidad de seis metros”, lamentó Ticas, quien a sus 50 años de edad, acumula 24 años de experiencia como criminalista y 12 como antropólogo forense.
Para extraer el agua que cubre los esqueletos, Ticas construyó un dique a escasos metros del fondo del pozo con parte de la tierra excavada, el cual es reforzado en forma constante para evitar que colapsen sus paredes provisionales.
“Que los vamos a sacar los vamos a sacar aunque nos está costando. Lo más importante es recuperar todos los cadáveres y poder decir que a través de la arqueología forense y de un trabajo extremo se recuperaron los cuerpos que jamás nadie los hubiese podido sacar”, resumió Ticas.
Los primeros restos que encontró el experto fueron el cráneo, una tibia y el peroné de una víctima que fueron enviados al Instituto de Medicina Legal para iniciar las labores de identificación.
Según los investigadores asignados al caso, en el macabro pozo podrían hallarse restos de más de una decena de personas que fueron lanzadas desde 2010 por los pandilleros de la violenta Mara Salvatrucha.
El Fiscal General de la República, Luis Martínez, tras inspeccionar el jueves los trabajos recordó que fue un testigo protegido quien confirmó que en el pozo se encuentran los cuerpos de las víctimas.
“Vamos a trabajar hasta que saquemos todos los cadáveres. No importan las limitaciones que tengamos acá. Tenemos que aliviar el dolor de las familias”, destacó el funcionario.
Este viernes, efectivos del ejército y de la Policía custodiaban la zona de las excavaciones para impedir la llegada de pandilleros.
El caso del pozo utilizado como cementerio clandestino ha concentrado la atención de los salvadoreños debido a la magnitud de los trabajos que se han venido desarrollando para rescatar los cuerpos.
Desde el 9 de marzo de 2012, las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS-13), que mantenían una violenta guerra por el dominio de territorios, declararon una tregua que según las autoridades redujo en el país el promedio diario de homicidios de 14 a 5.
Algunos organismos humanitarios han asegurado que en el marco de la tregua el número de desaparecidos aumentó en el país, pero esa versión es rechazada oficialmente.