Fátima Arellano
Los niños la llenan de ternura. Son su principal fuente de inspiración, por quienes creó hace siete años la Fundación Monge, una institución que tiene como misión principal becar, acompañar y transformar las vidas de niños y adolescentes en donde el Grupo Monge tiene presencia.
María José Monge, de tez blanca, cabello claro y amplia y carismática sonrisa, posee alma de maestra. Está segura de cuál es su misión. Dios la envió para enseñar, educar y para compartir con los demás sus bendiciones, sobre todo con la niñez, el futuro sostenible que ella ve y anhela.
Es maestra en educación especial, con especialidad en autismo, estimulación temprana y sicomotricidad. Proviene de una familia muy unida y alegre. Nació en Alajuela, lugar al que ella define como “un pueblito” de Costa Rica que la llena de orgullo y gratos recuerdos. El mejor de todos los ejemplos es su padre, quien inculcó a sus cuatro hijos el trabajo honesto y constante.
Hace 40 años, él abrió una tienda de electrodomésticos en Costa Rica. Actualmente posee 400 distribuidas en Latinoamérica. Grupo Monge es la razón social. En Nicaragua tienen presencia con las tiendas El Gallo más Gallo y El Verdugo.
“De las utilidades anuales que obtiene Grupo Monge, el cinco por ciento es destinado a Fundación Monge. Al principio mi papá estaba muy escéptico porque él fue muy pobre y le tocó muy duro conseguir lo que tiene, pero yo le pedí que me dejara hacerlo, que me permitiera demostrarle que los niños necesitan mucho de nosotros y que la educación es la base de un desarrollo sostenible. Ese año fue el peor porque todo inicio cuesta mucho, pero al año siguiente nos fue mucho mejor y poco a poco hemos ido creciendo y viendo los frutos. Ahora mi padre nos apoya mucho más porque cree y confía en lo que hacemos”.
Fundación Monge inició en Costa Rica con becas a 100 jóvenes. A lo largo de la historia llevan más de 1,350 becados con presencia en Centroamérica.
Para aplicar a la beca es fundamental tener excelencia académica, ser de escasos recursos, tener el deseo de superación y respetar el acompañamiento que brinda la fundación.
“Yo invito a las personas a que se acerquen a las tiendas de Grupo Monge. Hay que hablar con el jefe de tienda y dejar sus datos. Hacemos una selección basada en un estudio previo. Para nosotros es requisito que los padres se comprometan y cumplan con el programa, el cual incluye educación técnica y clases de inglés adicional. Nuestros becados estudian prácticamente todo el día”.
Fundación Monge en Nicaragua tiene entre cinco y siete becados por tienda en todo el país. Los alumnos estudian en colegios estatales. La beca consiste en brindar por medio de una tarjeta 50 dólares canjeables en alimentos de primera necesidad para toda la familia. A inicio del año escolar, proporcionan mochila, útiles escolares, uniforme, zapatos y todo lo necesario para ingresar al colegio. También proporcionan un chequeo anual de salud.
“El 57 por ciento de nuestros becados son mujeres y el 53 por ciento hombres. Vamos criando hijos. En Costa Rica becamos a estudiantes de secundaria, porque es la mayor demanda y necesidad del país. Aquí en Nicaragua comenzamos desde primer grado con el beneficio de darles seguimiento desde pequeños”.
María José confiesa ser muy amorosa y conmoverse con facilidad. Su lucha diaria y su mensaje consiste en lograr que más empresas se unan para crear conciencia y construir un verdadero futuro basado en la educación.
“Es deber de las empresas crear programas sostenibles que impacten y que corten en su totalidad el ciclo de la pobreza. Todos podemos apoyar y cambiar la realidad de nuestros niños”.
Amores y pasiones
No solo la fundación forma parte de los amores de María José, pues no hay duda de que ella está llena de vida. Asegura ser una mujer muy divertida y dinámica. Como presidenta de su propia fundación, ella tiene la facilidad de organizar su propia agenda.
Desde hace ocho años está casada con Alfonso Ferraro, con quien ha procreado a tres bellos hijos: Felipe, el mayor, y Marisol y Mauricio, que son gemelos. Entre sus pasiones está jugar futbol con sus hijos los fines de semana y compartir con su esposo diferentes actividades que ayudan a que el amor que sienten se fortalezca continuamente.
“Como esposa soy divertida y un poco celosa de vez en cuando. Trato que tengamos un matrimonio muy unido. Nos gusta salir a bailar, comer y pasear. Como mamá soy muy estricta y ordenada. Mis hijos están muy chiquitos, pero es desde esta etapa que quiero que sean muy agradecidos, que valoren y que compartan lo que tienen. Mi mayor reto es amarlos, cuidarlos y que sientan ese amor y esa presencia que es lo más importante de todo”.
Fundación Monge no es su única prioridad, también está la tienda WMF, nombre de una marca alemana. María José junto con su esposo, que es ingeniero industrial, le da vida a su otra pasión que ella describe como “experiencia de mesa”.
“En esta tienda ofrecemos todos los utensilios que las personas puedan utilizar y necesitar en su mesa. Entre todos los productos, tenemos vajillas de alta calidad y hermosos diseños. Yo elijo las líneas de vajillas, los adornos y me gusta decorar la tienda. Cuando tengo tiempo, también me gusta vender, explicarle al cliente para qué sirve cada objeto, porque es muy importante que también se vaya satisfecho o satisfecha de lo que desea transmitir en su mesa”.
A María José también le gusta la buena cocina y la moda. Entre sus debilidades están los diseños de carteras y zapatos. Su filosofía de vida es hacer lo que su corazón le dicta, tal como su abuelita, a quien ama mucho, le ha enseñado.
“Solo hay una vida y hay que disfrutarla y hacer lo que a uno le gusta. Yo salgo a disfrutar porque la vida pasa muy rápido. Tenemos la posibilidad de hacer la vida que queremos. Podemos ser felices o infelices. Es cuestión de actitud”.
