WASHINGTON/AFP
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, enviaron ayer una señal de unidad desde la Casa Blanca y señalaron que Corea del Norte no obtendrá nuevas concesiones como respuesta a sus repetidas amenazas. Ambos se mostraron favorables a aumentar su cooperación en materia de defensa y pidieron al gobierno de Pyongyang que revise su programa nuclear antes de abordar nuevas negociaciones.
“Si Pyongyang pensaba que las recientes amenazas abrirían una brecha entre Corea del Sur y Estados Unidos, o le valdrían el respeto de la comunidad internacional, (la cumbre) de hoy muestra que Corea del Norte no ha tenido éxito (…). Corea del Norte está más aislada que nunca”, expresó Obama coincidiendo con el 60 aniversario de la alianza estratégica entre los dos países. Obama afirmó que su gobierno y el de Corea del Sur “no van a recompensar las provocaciones” pero que dejan la puerta abierta a eventuales negociaciones con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Park y Obama se reunieron pocas horas después de que Corea del Norte amenazara con envolver en “un mar de llamas” las islas fronterizas de Corea del Sur.
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