La Paz/EFE
El Gobierno boliviano pidió hoy a los dirigentes sindicales que lideran protestas en el país para modificar una ley de pensiones “alejarse de las tentaciones de violencia, de golpismo” contra el presidente Evo Morales.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, habló en esos términos en una rueda de prensa en la que acusó a los sindicalistas de usar un lenguaje golpista porque dicen que así como apoyaron a Morales, también lo tumbarán si no atiende sus demandas.
“Pedir a algunos dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) que se parezcan más a sus bases y se alejen de las tentaciones de violencia, de golpismo, de toma de instituciones públicas como lo han señalado de manera temeraria”, dijo el funcionario.
A su juicio, los sindicalistas que “están expresando el lenguaje del golpe de Estado” deben ser moderados y no acercarse “peligrosamente a los proyectos golpistas”.
El presidente Morales dirigió hoy la reunión semanal del Consejo de ministros para analizar el asunto, tras retornar de su visita a las Islas Fiji, donde participó en un foro del Grupo de los 77.
Las manifestaciones se tornaron hoy violentas cuando grupos de mineros volaron con dinamita un puente en el altiplano en el punto denominado Caihuasi, a unos 200 kilómetros al sureste de La Paz, en la ruta que va de esta ciudad al centro y el este del país.
El Ministerio de Gobierno confirmó la detención de más de un centenar de mineros en ese lugar y los medios informaron al menos sobre seis heridos ingresados en hospitales de la ciudad andina de Oruro, dos de ellos agentes de policía y el resto manifestantes.
Los mineros que participan en las protestas son trabajadores de la mina de estaño Huanuni, la mayor minera estatal, que se han sumado a las movilizaciones encabezadas desde el lunes por la COB para exigir cambios en la ley de pensiones.
La COB reclama que los trabajadores puedan cobrar una jubilación mensual con un valor equivalente al cien por cien de los últimos sueldos que recibían y no sólo con un 70 % como fija la norma.
Quintana también advirtió de que Huanuni, que pierde cada día medio millón de dólares por la huelga en que se encuentra desde el martes, está a punto de colapsar económicamente.
Según el funcionario, además de la huelga, la empresa sufre altos costos laborales y una baja cotización de los minerales que produce.
“Decirles a los compañeros mineros que con este paro están acelerando un suicidio colectivo, están acelerando la destrucción de su propia empresa”, insistió el ministro de la Presidencia.
