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Magdalena de Rodríguez

La ciudad de los murales

Es Estelí, y la llaman así porque casi todos sus muros y paredes están cubiertos por pinturas y grafitis.

Muchos estelianos quisiéramos que estos murales fueran de mayor calidad artística. Sin embargo, cuando vemos a un profesor rodeado de niños pintando una pared, excusamos que el resultado no sea una obra de arte. Sí, que los niños estelianos de los años noventa ganaron siete veces consecutivas el primer premio en los concursos de pintura infantil que promovía anualmente Telcor, cuando se elaboraba una estampilla con la pintura declarada ganadora.

En disciplinas artísticas, Estelí no es región sobresaliente en escritores ni poetas. En la plástica es virtuosa y cuenta con una pléyade de buenos pintores: Bayardo Gámez, Donaldo Altamirano y un largo etcétera. En sus escarceos artísticos han llegado lejos algunos, hasta incursionar en el horrorosísimo. He visto a Las Meninas, deformadas, monstruosas todas, en el taller de Bayardo Gámez y en la exposición de más de veinte cuadros del escritor y pintor Danilo Torres, muy pronto fallecido, ante La Cena, dijo Julio Valle Castillo, curador de aquella exposición que todos los apóstoles tenían la cara de Judas, “el traidor”.

Pensando contribuir al mejoramiento de las calidades artísticas de los estelianos, siendo la suscrita directora del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC), trajimos en el año 2005 al pintor y muralista italiano Maurizio Gobernattori para que impartiera lecciones de muralismo. Desde la Ucatse, cuyo director generosamente facilitó un aula para los estudiantes. Traía Gobernattore una técnica en la elaboración de los tintes que los convertía en teóricamente indelebles ante la intemperie. Deben haber aprendido y aprovechado las lecciones los jóvenes pintores de entonces.

Hoy nos ha causado una desagradable impresión un mural en la pared principal del Instituto Guillermo Cano (antes Escuela Anexa). No sé si es viejo o reciente. Lo vi hace poco. Representa una parodia espantosa del detalle de la Capilla Sixtina, obra del gran Miguel Ángel Bounarroti, cuando el Padre Eterno tiende su mano hacia la mano lánguida de Adán para transmitirle su espíritu divino. En el horroroso mural un mono toca la mano de una mona. Destaco con indignación compartida por muchos que sí entienden el irrespeto que hiere el sentir religioso más hondo de todo católico y creo también de todo cristiano. Representar al Padre Eterno por un mono y al primero de los hombres según nuestras creencias por una mona, es el colmo. Es bárbaro. Y parodiar la pintura de un genio tan burdamente es también un pecado imperdonable desde el arte. Se nota que el muralista de marras no es un principiante, ni tan ignorante. Conoce y está consciente de lo que profana.

Pensar que S.S. Juan Pablo II, quien también era actor y poeta ante la obra excelsa de Miguel Ángel exclama en un sublime y místico arranque poético, en su Tríptico Romano: “Al crear al hombre a su imagen y según su semejanza. En la policromía sixtina el Creador tiene cuerpo humano. Es un anciano todopoderoso-hombre semejante al Adán creado”. Y que algún resentido sin causa arroje basura malintencionadamente sobre la Religión y el Arte, así con mayúsculas, es triste para Estelí, la ciudad de los murales y para los que creemos en Dios Todopoderoso y en el arte todopoderoso.

Los católicos nos hemos acostumbrado a mirar con indiferencia y a veces hasta con complacencia las faltas de respeto a nuestros ritos, nuestros símbolos y hasta a Dios mismo, cuyo nombre no pronunciaban los patriarcas antiguos por respeto y también porque nombre no tenía.

En el Sinaí preguntado por Moisés sobre su nombre respondió: “Soy el que soy”.

Los musulmanes son más respetuosos con Alá, su dios. Se alteran hasta el delirio ante cualquier alusión irreverente. Nosotros, los católicos debemos reaccionar ante tamañas atrocidades cometidas en nombre la libertad y del antiarte muralista. La autora es profesora.

Opinión artes murales archivo

COMENTARIOS

  1. Yara Rivera -Valenzuela
    Hace 11 años

    Exelente!! Ojala las autoridades correspondientes tomen en cuenta esta reflexion y aporten algo positivo al corregir la obra del que lo hizo, Felicidades a la profesora Doña Magdalena de Rodriguez bien dicho, los catolicos no debemos permitir con complacencia las faltas de respeto a nuestros ritos. Gracias profesora siempre nos sigue enseñando.

  2. Mayela Sánchez
    Hace 11 años

    La autora es profesora, una EXCELENTE profesora

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