El ministro de Relaciones Exteriores filipino, Albert del Rosario, advirtió este viernes de que su país podría retirar sus cascos azules del Golán tras el secuestro de cuatro de sus soldados en esa zona situada entre Siria e Israel.
Del Rosario indicó que haría la recomendación pertinente al presidente Benigno Aquino para que se retiren los 300 soldados filipinos actualmente desplegados y aclaró que la decisión final quedará en manos del mandatario. “No bien dé la señal, la ejecutaremos lo antes posible”, dijo del Rosario.
Naciones Unidas retiró el miércoles a sus observadores de un puesto en la meseta del Golán tras el secuestro la víspera de cuatro cascos azules por unos rebeldes sirios.
Los cuatro cascos azules filipinos fueron capturados el martes por “un grupo de desconocidos armados”, mientras patrullaba la zona de seguridad, cerca de la ciudad de Al-Jamlah, dijo la ONU. En su página de Facebook, el grupo rebelde Brigadas de los Mártires de Yarmuk afirmó haber tomado a estos cuatro efectivos de fuerza de paz mientras se registran intensos combates en la región.
La decisión de la ONU fue el resultado de las preocupaciones expresadas por los países que aportan contingentes a la FNUOS (Fuerza especial de cascos azules para el Golán, UNDOF, por sus siglas en inglés), a la que pertenecen los cuatro filipinos secuestrados. La UNDOF está compuesta por mil observadores civiles y militares cascos azules con armas livianas. Su presencia en la Meseta del Golán se ha mantenido desde 1974.
Después de la salida de Canadá, Japón y las tropas croatas, los principales contingentes son actualmente de Austria, Filipinas e India.
Filipinas ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU “que haga todos los esfuerzos y utilice los posibles medios de influencia” para lograr la liberación de sus connacionales.
Israel, que está técnicamente en guerra con Siria, ocupó 1,200 km2 de la Meseta del Golán, que se anexó en 1967, en un movimiento que nunca ha sido reconocido por la comunidad internacional.