A diario, muchas personas usan el correo electrónico. Nadie duda de sus bondades, pero hay muchas confusiones en cuanto a su estructura, estilo y la relación con una carta ordinaria.
El Curso de Redacción Funcional dedica un fascículo completo a este tema, pero mientras llegamos al número 28, les iré adelantando algunas sugerencias.
El correo electrónico no es solo un documento interno, pues lo empleamos para responder a nuestros clientes y proveedores, por tanto este mensaje se convierte en la imagen de nuestra empresa o de nuestra persona.
Nunca debe ser escrito como si estuviera en un chat. En otros idiomas, como el inglés tienen un lenguaje codificado para chatear, pero en español no está definido, aunque muchos escriben desastrosamente, dicen todo en mayúsculas, no tildan, cambian la Q por K y cosas por el estilo.
Una carta electrónica no es un chat, por tanto requiere de la corrección y respeto exigido por las normas de cortesía. Por tal razón debe tener la misma estructura que una carta ordinaria:
1. Saludo breve y cordial que depende de la relación con el destinatario.
2. Breve en lo general, incluso para los amigos.
3. La ortografía es señal de buena educación y preparación académica.
4. Despedirse de manera correcta. Puede crear su firma, de manera que no tenga que escribirla cada vez que redacte una nueva carta.
5. Debe tener un asunto que dé una idea general de la carta.
Por último, no escriba en mayúsculas frases o párrafos, es símbolo de mala educación pues quiere decir que está gritando. Si desea destacar algo, enfatizar o destacar alguna cuestión puede emplear las negrillas, el subrayado o los signos de admiración o interrogación. Aunque no debe abusar de estos recursos.
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