Mabel Calero
Roberto García llega media hora tarde a clase porque debe tomar dos buses para asistir al Instituto Juan XXIII, en San Marcos. Antes, era uno de los beneficiados con el recorrido del bus escolar, pero este se quemó.
Había sido asignado por el Mined al Instituto Juan XXIII y se quemó el 31 de diciembre del 2011 por un corto circuito en el motor, desde entonces no se ha sustituido. Doña Auxiliadora Ramírez, madre de familia, tiene esperanza en que se repare.
“Sabemos que en Managua hay varios de estos buses descartados y es posible que la carrocería de algunos nos pueda servir a nosotros”, dijo. El Instituto Juan XXIII cuenta con una población estudiantil de 1,500 alumnos, es el más grande de San Marcos.
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