Lucydalia Baca y Lucía Navas
Una preocupación generalizada está provocando en el sector agropecuario el retraso de la instalación del periodo lluvioso, que según los pronósticos debía normalizarse a partir del 18 de mayo.
En el caso de la ganadería, la mezcla entre las altas temperaturas y el agotamiento de las reservas de alimentos han provocado que el ganado pierda peso, lo que implica una reducción en la producción de carne y leche. Incluso en algunas zonas secas de Chontales y Boaco ya se registran muertes de reses por causa de las altas temperaturas.
En la agricultura, la tradición de los pequeños agricultores de comenzar la siembra a partir del 15 de mayo podría traducirse en pérdidas porque sin lluvias las “semillas se quemarán en la tierra”, advierten los dirigentes del sector.
Aún no se cuantifican los casos y Tablada las atribuye a un fenómeno propio de cada época seca, “que este año se ha agudizado”.
La falta de pasto obliga a los ganaderos a usar alimentos suplementarios, pero la disminución en el precio de la leche —que “por tradición” los manteros (los que hacen queso) y las plantas lácteas aplican a partir de la época lluviosa— está evitando que ellos puedan acceder a estos.
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Para David Sandoval, presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), en Boaco, si para la próxima semana no se ha instalado el período lluvioso, no sería mala idea hablar de una emergencia, para evitar que los pequeños y medianos agricultores, que por tradición inician la siembra a partir del 15 de mayo, arriesguen su semilla.
“Si se siembra ahorita en seco y no llueve en los próximos días, comienzan a hacer daño la hormiga y otros insectos. El grano se malea y esa siembra se pierde”, advierte Sandoval.
Por su parte, Manuel Álvarez, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), estima que de momento los más afectados son los ganaderos porque el pasto a “estas alturas ya se terminó”. Además, el calor afecta la producción de carne y leche.
En cambio, los agricultores, si se arriesgan a sembrar sin que se haya instalado el invierno, “lo hacen bajo su propio riesgo”.
Sandoval y Álvarez coinciden en que será difícil evitar que los productores de subsistencia que siembran granos básicos para autoconsumo se abstengan de sembrar, porque están acostumbrados a “jugársela”. Pero insisten en que lo hacen bajo su propio riesgo.
CENTROLAC RECIBE MENOS LECHE
El hecho de que las vacas estén sufriendo por la escasez de pasto causa que den menos leche y eso repercute en la entrega del producto a las empresas lácteas. Es el caso de Centrolac, que reporta un cincuenta por ciento de disminución de parte de los acopios en la entrega de leche para procesamiento, afirmó su director ejecutivo, Alfredo Lacayo.
“Hemos sufrido una reducción importante en la leche que podemos comprar al sector (ganadero)… Podemos estar acopiando de cuatro a cinco millones de litros al mes promedio. En la temporada buena es más, en la temporada mala es menos”, dijo Lacayo.
Sin embargo, Lacayo asegura que el producto no va a escasear y el precio del producto al consumidor debe mantenerse estable por cuanto están logrando manejar los inventarios y absorbiendo las fluctuaciones en los costos de acceso a la materia prima.
Aunque suele presentarse en cada verano una situación similar, a Lacayo le preocupa en particular la de este año porque, comparado con mayo de 2012, en mayo 2013 la compra de leche en el campo sufrió una merma adicional del siete por ciento. “Nos preocupa porque venimos invirtiendo fuertemente en entrenamiento y transferencia de tecnología a nuestros proveedores, promoviendo ensilaje, la siembra de caña y sorgo, porque no podemos estar dependiendo de si creció la grama o el pasto. Tenemos que tomar medidas para garantizarle el alimento a los animales”, afirma.
Para el empresario, Nicaragua urge de un plan de producción de alimentos para el ganado de manera que se asegure su alimento y no estar expuestos a los efectos del clima porque “de lo contrario, no vamos a poder seguir siendo competitivos en el mercado regional”.
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