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Carlos Tünnermann Bernheim

Sin ciencia y tecnología no es posible el desarrollo

En un artículo recientemente publicado en este mismo Diario, el analista Andrés Oppenheimer advierte que según un informe de la revista Nature Scientific Reports ninguna ciudad latinoamericana figura entre las primeras cien de la lista de ciudades más importantes en investigación científica. Oppenheimer alude, como posible explicación, al hecho de que las universidades latinoamericanas son bastantes buenas en humanidades, pero no están entre las mejores del mundo en ciencias e ingeniería, lo que para el autor citado es una mala noticia, “porque estamos en una economía global basada en el conocimiento, en la que la ciencia y la ingeniería determinan cada vez más la riqueza de las naciones”.

Sin dejar de celebrar la fortaleza humanística de nuestras universidades, hay que reconocer que en cuanto al cultivo de las ciencias y a la investigación científica, nuestro desempeño como región es insuficiente. América Latina tiene una baja proporción de académicos en tareas de Investigación y Desarrollo. Según el ranking de calidad de las instituciones científicas del World Economic Forum, las primeras posiciones las ocupan Estados Unidos, Israel, Reino Unido, Alemania y Francia. Los únicos países de América Latina que figuran en el ranking son Brasil, Argentina, Chile y México.

Sin duda, el conocimiento científico y sus aplicaciones tecnológicas son factores claves para el desarrollo de los países. La ciencia y el conocimiento avanzado, lejos de ser un lujo, son un elemento indispensable para el adelanto de las naciones. Pero el árbol de la ciencia hunde sus raíces en sistemas educativos de alta calidad y pertinencia, cuyos métodos didácticos activos estimulen la innovación, la creatividad y el espíritu de indagación en los educandos.

Los países que aspiren a competir en los nuevos espacios económicos tienen que dar atención preferente a la formación de su inteligencia científica, el progreso técnico y la innovación, todo lo cual significa priorizar las inversiones en educación, ciencia y tecnología. Así lo entendieron, décadas atrás, los países del sudeste asiático, cuyas dinámicas economías son el resultado, en buena parte, de la inversión en capital humano más caudalosa que ha existido.

Para que promovamos nuestro desarrollo científico-tecnológico se requiere, en primer lugar, voluntad política. Actualmente somos uno de los países que menos fondos destina del PIB a Investigación y Desarrollo (apenas el 0.05 por ciento del PIB). Compartimos el más bajo de los escalones con El Salvador, Honduras y Haití. En cambio, Costa Rica invierte el 0.3 por ciento. Sin embargo, ningún país de América Latina invierte el uno por ciento del PIB, que es la recomendación que Unesco hizo a nuestra región hace ya más de medio siglo. Los que más se acercan son Brasil (0.9 por ciento), Chile (0.7 por ciento), Argentina y México (0.4 por ciento). En cambio, Japón invierte el 3.18 por ciento; Estados Unidos el 2.68 por ciento y Alemania el 2.51 por ciento.

En Nicaragua tenemos que comenzar por crear a nivel del Gobierno y de los sectores políticos y empresariales una mayor conciencia sobre la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo y lo decisivo que es para el país contar con una buena educación científica, en todos los niveles, y una lúcida política de desarrollo científico y tecnológico.

Hace varias décadas, los científicos argentinos Jorge Sábato y Natalio Botana propusieron a nuestros países su famosa tesis del “triángulo científico-tecnológico”, que señala la necesidad de la integración de los esfuerzos del Gobierno, las universidades y el sector productivo, en la generación y difusión de la Ciencia y la Tecnología. Los gobiernos de América Latina la acogieron en el llamado “Consenso de Brasilia” (1972). El autor es jurista y educador


Opinión ciencia archivo

COMENTARIOS

  1. Silvio
    Hace 11 años

    Los economistas neoclásicos usan el argumento de “ventajas comparativas” para que otro países compren la tecnología producida en los países ricos. Brazil, sin embargo, se ha caracterizado por invertir en ciencia y tecnología, a tal punto que académicos brasileños en el campo de informática biomédica están enseñando a sus pares americanos los sistemas desarrollado en Brazil. Si Brazil hubiera seguido el argumento de ventajas comparativas nunca hubieran avanzado tanto.

  2. Juan Perez el Incredulo
    Hace 11 años

    Como se podria entrar a la investigacion y la tecnologia si nuestros bachilleres en su mayoria ni siquiera pasan el examen de admision de las facultades de ingenieria. Habria que crear una ley para que los estudiantes saquen la primaria y el bachillerato en la universidad ya que tambien aqui hay mas universidades que colegios de bachillerato. Simpre comenzamos comiendonos la fruta antes de sembrarla.

  3. Hacia el Desarrollo...
    Hace 11 años

    Si bien es cierto que el saber paga, y mas aun cuando el poder del sa
    ber se magnifica, por la intencion que genera la calidad del mismo ;
    entonces partamos desde el punto de vista de las espectativas, como
    razon y circunstancia por las cuales nuestros paises de A.L. deberian
    poner mas enfasis, en estudios superiores de tecnologia y ciencia par
    levantar nuestro desarrollo. Tomando en cuenta que nuestras econo
    mias no son tan onerosas, y los gobiernos que nos reptan. no son ap
    tos para implement

  4. mas.justicia
    Hace 11 años

    Estas en lo cierto lucas decia chespirito, sin la educacion technologica estamos en la oscuridad la ciensa es critica en el desarrollo de la economia, si estudias y analisasla historia de EEUU te daras cuenta de eso, miras el sur de los EEUU ellos estan atrasados y sus nivel de vida es baja, mientras el norte esta desarrollado. Senor Tunner se le olvido algo muy importante la paz y la mentadalida de las personas, un pais donde hay guerras y violencia turbulenta se quedad atras todo y hace cir vi

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