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La primavera silenciosa de Rachel Carson

Rafael F. Estrada

“…Entonces una extraña plaga se extendió por la comarca y todo empezó a cambiar. Algún maleficio se había adueñado del lugar, misteriosas enfermedades acabaron con las aves de corral, vacas y ovejas enfermaron y murieron. Por todas partes se extendió una sombra de muerte… Ninguna brujería, ninguna acción del enemigo había silenciado el rebrotar de nueva vida en este mundo así afligido. Lo había hecho la misma gente”.

En el año de 1962, una maravillosa mujer, a través de un lenguaje sencillo y un poderoso sustento científico, elevó a la más alta esfera de toma de decisión uno de los problemas que hoy por hoy ha puesto en una encrucijada a nuestra sociedad.

Rachel Carson inspiró a millones de personas de su época y de épocas posteriores a la suya. Su trabajo colaboró en la estructuración del movimiento ambientalista en el mundo. El argumento irrefutable de sus investigaciones contribuyó al sustento de la movilización social para exigir la creación de agencias de conservación y protección ambiental, así como la acción por la construcción de un marco jurídico que propiciara la atención a los problemas ambientales que impactan de manera negativa en la salud y en la vida de los seres humanos.

A 50 años de la publicación de Silent Spring (Primavera Silenciosa), la esencia del trabajo de Carson sigue vigente. Esta obra nos muestra la unificación de diferentes escenarios a través de los cuales se presenta el impacto negativo que los insecticidas altamente tóxicos, como el DDT, rociados en grandes extensiones de cultivos, estaban ocasionando en la biodiversidad y en las personas.

La desgarradora descripción que nos muestras Carson en su obra, fue un grito de alerta para su tiempo; declarando, sin temor alguno, que se encontraban en una era dominada por la industria, en la que raramente se ponía en duda el derecho a obtener un dólar a cualquier precio. Una concepción no muy diferente a la de nuestros tiempos.

Las recientes valoraciones ambientales muestran claramente los impactos negativos que las actividades humanas siguen produciendo al medio natural que compartimos con millones de especies vegetales y animales. En las últimas décadas hemos consumido, contaminado y deteriorado muchos más recursos ambientales que en toda la historia de nuestra civilización.

Nuevamente, la primavera silenciosa de Rachel Carson se ha presentado ante nuestros ojos. Las consecuencias adversas producto de nuestras formas de vida y del depredador sistema económico mundial que hemos estructurado, han cambiado para siempre el equilibro ambiental de nuestra casa común.

Es un hecho ineludible que necesitamos un cambio de paradigma a fin de salvaguardar el futuro de nuestra especie y alcanzar un equilibrio entre nuestra forma de vida y la naturaleza, sin la cual no podemos vivir.

Sin embargo, este nuevo paradigma del que tanto se ha hablado no puede nacer de los espacios de toma de decisión ni de los actuales tomadores de decisión, este nuevo paradigma nace con una generación consciente de la existencia de un problema ambiental y que por ende, las soluciones deben ser estrictamente ambientales, lejos del punto de vista economicista que el actual sistema mundial nos ha impuesto.

Es así que el inmortal discurso de Rachel Carson retumba en nuestros días con la esperanza de provocar un nuevo despertar, una nueva movilización, no solo de conciencia sino de acciones concretas y articuladas, desafiando la genialidad de nuestro ser para diseñar alternativas innovadoras, en la que satisfacer nuestras necesidades no signifique la destrucción de nuestro hábitat ni el de millones de seres vivos que dependen de nuestras decisiones. El autor es director de Centro de Investigación Capacitación y Formación Ambiental (CICFA)


Opinión primavera Rachel Carson archivo
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