Tania Sirias
Hoy es un día que pasará a la historia de nuestro país. Se firmará otro acuerdo vendepatria —el Ortega-Jing— expresó el líder de la oposición, Eduardo Montealegre. Sin embargo, indicó que la diferencia de este acuerdo con el tratado Chamorro-Bryan es que “se entregará de gratis la soberanía de nuestro país”.
Montealegre lamentó que los diputados sandinistas aprobarán una iniciativa que creará dos Nicaragua. La que está conformada por seis millones de nicaragüenses y la otra controlada por el superchino (el señor Wang Jing) y unos cuantos más que sustraerán todos los derechos y los activos de esta nación.
¿Realmente se construirá un canal interoceánico en Nicaragua? ¿Qué es lo que hay detrás?
Nuestra bancada quiere que se construya un canal, pues creemos que va ayudar a aliviar los problemas de pobreza, los problemas de desempleo, en el crecimiento económico, pero estamos conscientes que no es la única solución. Por ejemplo, Panamá —que ya reciben ingresos netos de 1,500 millones de dólares al año— no han podido erradicar la pobreza.
No podemos caer en la trampa de aquellos que nos quieren vender ilusiones y cuentos chinos. Nosotros como diputados y como nicaragüenses responsables nos gustaría que se pueda hacer un canal, pero primero se debe saber el quién y el cómo se construirá. Considero que en este tema se está engañando al pueblo de Nicaragua e incluso al mismo Daniel Ortega.
Sin embargo, afirmó que existe una cláusula que dice que con el sesenta por ciento de los diputados se puede derogar dicha ley.
“Las cosas suben y bajan. Hay veces cuando las gallinas que están arriba se pasan abajo y viceversa. Ahorita nosotros estamos abajo, pero cuando el pueblo se dé cuenta de esta barbaridad que están haciendo, habrá miles de nicaragüenses que votarán en contra del Frente Sandinista”, auguró Montealegre.
Afirmó que lograrán tener la mayoría absoluta en la Asamblea y se derogará esta atrocidad jurídica que se firmaría el día de hoy.
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Con base en mi experiencia y en lo que he podido leer y entender de la iniciativa de Ley y de sus anexos, el quién (el señor Wang Jing) no tiene la experiencia ni la capacidad económica, así como tampoco la capacidad financiera para hacer un proyecto de esta envergadura.
El secretario de políticas públicas de la Presidencia, Paul Oquist, afirmó que para 2018, el Canal permitirá doblar el PIB de Nicaragua y triplicará el empleo formal. ¿Es posible llegar a estas cifras?
No se de dónde sacan esas cifras ni tampoco que tengan el respaldo de personas serias como el Funides (Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social).
Recordemos que en los años ochenta escuchamos que el proyecto Victoria de Julio iba a ser la solución para Nicaragua, luego que el proyecto Montelimar y así pasó con otros varios proyectos presentados por el gobierno sandinista, los que simplemente quedaron en la habladuría.
Además, es peligroso que las reservas de todos los nicaragüenses alguien las pueda demandar, sobre todo cuando nos ha costado 25 años proteger estas reservas, cuando había un montón de personas con las que el gobierno sandinista se había endeudado.
NO HAY MANO DE OBRA
Otro de los engaños es que en nuestro país no hay mano de obra. En Costa Rica con la construcción de un estadio de apenas 80 millones de dólares llevaron a 3,000 chinos para construir esa obra y muchos se quedaron. ¿Qué pasa si traen un millón de chinos y que se queden aquí? Por eso es que la Bancada Democrática Nicaragüense no acepta como se ha hecho este proceso de consulta.
¿Cree posible que inversionistas extranjeros vengan a invertir a un país, donde no se respeta la institucionalidad?
Ya de por sí nuestra institucionalidad está súper deteriorada. Para muestra, este acuerdo firmado con la empresa china, ya que la Constitución solo la puede cambiar la Asamblea Nacional con mayoría absoluta. Sin embargo, esta ley ordinaria se está comprometiendo a cambiar la Constitución.
Si los diputados sandinistas aprueban esta Ley del Canal, el tratado Ortega-Wang Jing, lo que pasará es que nadie va a estar tranquilo, porque si alguien quiere hacer una inversión en cualquier parte de Nicaragua, deberá enfrentarse a que este ciudadano chino disponga de cualquier plaza, territorio o activo para el Canal. Cualquiera se verá sujeto a confiscaciones. Así que nadie querrá venir a invertir aquí.
Es más, ya hay preocupación entre los pequeños productores, los dueños de tierra y dueños de grandes proyectos porque no se sabe por dónde va a pasar el Canal, pero además se pagará el valor catastral, no el precio de mercado. Alguien va a tener que perder su inversión.
Coronel Kautz, Autoridad del Gran Canal, dijo que esta obra lleva años consultándose.
Si en Panamá, que son dueños del Canal y donde se iba a invertir entre cinco y diez mil millones de dólares, el presidente Omar Torrijos decidió que antes de hacer el compromiso de la inversión se hiciera un referéndum para saber la opinión de la población, ¿cómo vamos aceptar que la consulta en nuestro país se hizo en una tarde de discusión y ya quede aprobado?
Esto no se hace con alguien que dice tener experiencia solo porque tiene una dirección en Hong Kong. En el proyecto más grande del mundo —el metro de la ciudad de Dohan, Catar—, cuyo costo será de 35,000 millones de dólares, están involucrados banqueros, abogados, ingenieros, ambientalistas, los cuales han sido consultados diez años y aún faltan diez años más para que pongan la primera piedra. Por lo tanto, ya es hora que dejen de engañar al pueblo de Nicaragua.
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