Una protesta de movimientos sociales en Brasilia se sumó ayer a las masivas manifestaciones organizadas por el Movimiento Pase Libre, por las alzas del transporte y por el elevado gasto público para la Copa Confederaciones y las expropiaciones que han supuesto en varias de las seis ciudades sedes.
En Brasilia, la manifestación fue contra el torneo promovido por la FIFA. Las autoridades no supieron explicar cómo casi 500 personas bloquearon el tránsito y desplegaron unos 200 neumáticos a los que les prendieron fuego frente al Estadio Nacional en el que se jugará hoy el primer partido entre Brasil y Japón.
El Movimiento Sin Techo denunció que en Brasil, unas 50,000 personas viven en la calle y “no reciben ninguna atención de un Gobierno que gasta millones en un campeonato de futbol”.
El jueves en Sao Paulo la Policía reprimió con inusual severidad a miles que se manifestaron, lo que dejó decenas de heridos y 237 detenidos, entre periodistas que cubrían los hechos.
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