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Innovación en la pyme en época de crisis

Luis Enrique Lacayo

En un sistema dinámico y competitivo de mercado como el actual (crisis económica, globalización de los mercados y rápido cambio tecnológico) la empresa debe cuestionarse su posición y actitud estratégica. La supervivencia y éxito de la empresa dependerá, en gran medida, de su capacidad para dotarse de recursos y capacidades para alcanzar nuevas ventajas competitivas (calidad, tecnología, innovación, capital humano, etc.) y adaptarse al nuevo entorno de incertidumbre económica, todo ello con el objetivo permanente del crecimiento y de la diversificación.

Existe un amplio consenso en el ámbito académico de los beneficios asociados a la innovación, así como la conveniencia de que las empresas busquen sus fuerzas competitivas a través de inversiones en innovación. Sin embargo, la inversión en innovación se rodea de una incertidumbre que dificulta la tarea de evaluación de las posibilidades de éxito de estos esfuerzos y por extensión el acceso a la financiación externa.

No obstante, las crisis también pueden ser un punto de inflexión, donde la empresa dada la caída de la demanda se deba plantear la inversión de recursos y esfuerzos en obtener productos y servicios innovadores. En este sentido, la clave para sobrevivir a la recesión se centraría en la inversión en innovación.

Entre los aspectos negativos tenemos la habilidad limitada de los mercados de absorber nuevos productos.

Las restricciones de flujo de caja durante épocas de recesión pueden llevar a disminuciones en la inversión en innovación.

Los costos de oportunidad de la innovación implican un efecto positivo de la recesión económica sobre la inversión en I+D.

La crisis tiene un impacto directo en la economía real, afectando a la posición financiera y a la posibilidad de supervivencia de las empresas de diversas formas. Por una parte, la confianza en el sistema financiero ha desaparecido, lo que ha llevado a una reducción de la liquidez en el sistema. Esta falta de liquidez afecta fundamentalmente a la empresa, puesto que muchos bancos están frenando su actividad principal, la asunción y gestión de riesgos.

Por otra parte, las empresas sufren la congelación y caída de la demanda. Esta contracción de la demanda está influyendo negativamente incluso a las empresas netamente exportadoras, debido al carácter internacional de la crisis, no obstante estas empresas mantienen unos recursos y una cultura empresarial que a buen seguro suponen un punto clave de supervivencia durante épocas de recesión.

Finalmente, se puede dar el caso en que la empresa siendo solvente y eficiente en su actividad pueda sufrir descalabros debido al retraso en los cobros. En épocas de expansión estos retrasos no eran tan importantes, y además se obtenía fácilmente de las entidades bancarias financiación del circulante. Todos estos efectos provocan que la empresa durante épocas de crisis decida disminuir el nivel de inversión y empleo.

Cuando el entorno económico proporciona recursos en exceso (escenario de crecimiento económico), las empresas son más propensas a invertir en nuevas oportunidades de negocio. Pero cuando la empresa se enfrenta a una caída en sus ingresos, los recursos se desplazan hacia la resolución de la crisis de corto plazo.

Durante las recesiones, las empresas se enfrentan a la difícil decisión de reducir costos y reducir su dimensión operativa para sobrevivir, incluso en un grado en el que la empresa sea incapaz de adaptarse cuando llega la recuperación, o mantener su capacidad, incurriendo en mayores costos en la recesión al objeto de conservar su capacidad para adaptarse con mayor facilidad cuando llegue la recuperación económica, desarrollando oportunidades para la creación de valor a largo plazo.

En Grecia, España, Portugal, Italia y otros países europeos hay una evidente recesión, en Nicaragua hubo recesión en la década de los ochenta y en el 2007-2008 con la crisis financiera internacional los bancos locales no financiaban a las pymes, por el alto riesgo de no recuperar la inversión, sumado a las “exigencias” de la Superintendencia de Bancos.

Hoy esperamos que se aperture la oportunidad de financiar a este importante sector que contribuye en gran parte a la macroeconomía nacional, de lo contrario seguiríamos en crisis perpetua. El autor es Presidente de la Universidad Iberoamericana de Ciencia y Tecnología (UNICIT).


Columna del día Opinión crisis pymes archivo
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