TEGUCIGALPA/AFP
El Congreso de Honduras aceptó este lunes la renuncia del fiscal general Luis Rubí y su adjunto Roy Urtecho, que admitieran su incapacidad para corregir el nivel de impunidad que padece el país, uno de los más violentos del mundo.
Las decisión fue tomada por 103 de los 128 miembros del organismo unicameral, según el recuento consignado en la pizarra electrónica del Legislativo.
La votación se registró luego que la secretaria del Congreso, Gladys López, leyera ante el pleno de los diputados la carta de renuncia que Rubí presentara el pasado 25 de junio.
En esa misiva, Rubí justificaba su dimisión en “las últimas actuaciones de ese poder del Estado (Legislativo), (que) han comprometido hasta la saciedad la independencia” de la fiscalía.
El 17 de abril, el Legislativo suspendió al fiscal general y a su adjunto y designó una comisión interventora del Ministerio Público (MP) integrada por tres miembros para que en 60 días investigara el trabajo de esa institución.
La medida se adoptó una semana después que Rubí dijera en una comparecencia ante el Congreso que no podía frenar la creciente violencia y reconociera que la fiscalía solo tenía capacidad para investigar el 20% de los crímenes, permaneciendo el 80% restante en la impunidad.
El 13 de junio el Legislativo extendió por 45 días el trabajo de la comisión.
Según las Naciones Unidas, Honduras presenta la tasa de homicidios más alta del mundo, con 85.5 por cada 100,000 habitantes.