EL CAIRO/AGENCIAS
Mursi se reunió ayer con el primer ministro Hisham Qandil y con el titular de Defensa, Abdel Fatah al Sisi. Horas antes mantuvo una cita urgente con el Gobierno sin la participación de los dos primeros.
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El presidente egipcio, Mohamed Mursi subrayó anoche (hora local), en un mensaje a la nación que “el pueblo me eligió en elecciones libres y equitativas” y añadió que “seguirá asumiendo la responsabilidad” del país, pese a los llamados de la oposición a que se retire.
El anuncio de Mursi ocurre en un momento de alta tensión. Ayer, detractores y simpatizantes del mandatario realizaron varias marchas en el país, y aunque fueron pacíficas en su mayoría, ambos bandos se enfrentaron en algunos casos, lo que causó cuatro muertos y 144 heridos, según cifras del Ministerio de Sanidad.
La “legitimidad” es “la única garantía contra el derramamiento de sangre”, expresó Mursi en su discurso, en respuesta implícita a los que creen que su salida permitiría resolver las tensiones, y añadió que estaba dispuesto a “dar la vida” para proteger a esta legitimidad.
Más temprano, Mursi desafió al Ejército y le pidió que retirara su amenaza de intervenir en la escena política. La tensión política era palpable ayer a menos de un día para que venciera el ultimátum del Ejército, que el lunes dio 48 horas a las fuerzas políticas para que alcancen un acuerdo porque, de lo contrario, amenazó con imponer un plan de actuación u hoja de ruta.
Ayer, a la par que miles de manifestantes llenaron la plaza cairota Tahrir, un gran número de manifestantes islamistas se concentró frente a una mezquita del barrio de Ciudad Naser, en El Cairo, para apoyar la legitimidad del presidente.
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