Diecisiete presuntos insurgentes islamistas murieron este miércoles por la mañana en un bombardeo de un 'drone' en una zona tribal del noroeste de Pakistán, informaron unos responsables de seguridad locales.
Entre las víctimas del bombardeo, uno de los más sangrientos llevados a cabo por estos aviones estadounidenses teledirigidos en los últimos años en Pakistán, figuran talibanes afganos y paquistaníes, añadieron las fuentes.
Varios aviones dirigidos por control remoto dispararon cuatro misiles contra un edificio cercano a un mercado de Miranshah, la principal ciudad de Waziristán del Norte, un distrito tribal considerado el principal bastión de los talibanes paquistaníes y de sus aliados de Al Qaeda, así como una importante retaguardia de los talibanes afganos que luchan contra el gobierno de Kabul y de la OTAN al otro lado de la frontera.
Es poco frecuente que los ataques de 'drones' vayan dirigidos contra blancos urbanos, ya que normalmente destruyen casas aisladas o vehículos presuntamente utilizados por los rebeldes.
Los 'drones' sobrevolaron el gran bazar de Miranshah horas antes del ataque, contaron algunos testigos.
“Cuatro 'drones' sobrevolaban la zona en el momento del ataque y dos de ellos dispararon cuatro misiles contra un edificio, matando a cuatro insurgentes e hiriendo a otros dos”, había afirmado con anterioridad a la AFP un responsable de seguridad local. Una fuente de oficial de Peshawar, principal ciudad del noroeste, confirmó el bombardeo.
“El balance subió a 17 muertos”, declaró luego a la AFP el primer responsable. Por el momento, el balance no ha sido confirmado por una fuente independiente.
Según unos responsables de seguridad locales, los 'drones' bombardearon unos locales utilizados por la red Haqani, una facción de los talibanes afganos a la que Washington acusa de haber perpetrado algunos de los ataques más sangrientos contra las fuerzas afganas de la OTAN en los últimos años en Afganistán.
Es el segundo bombardeo de un 'drone' estadounidense en Pakistán desde que el primer ministro Nawaz Sharif pidiera, en nombre de la soberanía nacional, el cese de estos ataques cuando asumió el cargo a comienzos de junio.