14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Obama cauteloso de intervenir en Oriente Medio

De Egipto a Siria, Irak y otros lugares, el gobierno de Barack Obama está resuelto a mostrar que no irá muy lejos para ayudar a salvar de sí mismos a países sumidos en el caos.

WASHINGTON/AP

De Egipto a Siria, Irak y otros lugares, el gobierno de Barack Obama está resuelto a mostrar que no irá muy lejos para ayudar a salvar de sí mismos a países sumidos en el caos.

El presidente de Estados Unidos ha dejado en claro desde hace tiempo que está a favor de una política exterior de consulta y negociación, pero no intervención, con respecto a las turbulencias persistentes y muchas veces violentas a lo largo y ancho de Oriente Medio. E incluso en momentos en que los militares de Egipto derrocaban el miércoles a su gobierno islamista, Washington mantuvo su enfoque de no intervención ante la agitación nacional en uno de los más importantes aliados árabes de Estados Unidos.

La portavoz del Departamento de Estado Jen Psaki dijo el miércoles, justo antes de que se anunciara el nuevo gobierno, que el gobierno de Obama está preocupado por Egipto, pero pidió negociaciones para elaborar una solución. No hubo respuesta inmediata por parte del Departamento de Estado o la Casa Blanca después de la orden de los militares egipcios.

“Creemos que todas las partes deben comprometerse con las demás y necesitan escuchar las voces del pueblo egipcio, y lo que están pidiendo, y por lo que están protestando de forma pacífica “, dijo Psaki. “Y eso es un mensaje que hemos transmitido a todos los niveles y a todas las partes”.

Psaki evitó criticar directamente al derrocado presidente egipcio, Mohamed Morsi, cuyo paradero no se conocía de inmediato después del anuncio de los militares el miércoles. Pero señaló que Morsi podría haber respondido las preocupaciones de la opinión pública egipcia” y no aprovechó la oportunidad de hacer eso”.

Fue una respuesta deliberadamente tenue al alboroto que durante días ha sacudido a los egipcios, muchos de los cuales a su vez se han burlado abiertamente de Estados Unidos por aparecer demasiado cercano a Morsi, a pesar de sus políticas islamistas de línea dura.

No debería ser ninguna sorpresa que Obama, quien está batallando con una economía en recuperación, una opinión pública en casa hastiada de la guerra y un disminuido estatus de Estados Unidos como superpotencia mundial en el extranjero, no quiera verse arrastrado a conflictos extranjeros.

Obama hizo campaña con la promesa de acabar con la guerra en Irak, lo que hizo en 2011; ahora planea retirar la mayoría, si no todas, las tropas estadounidenses de Afganistán a finales del próximo año e inevitablemente enfrentará peticiones lanzadas desde Kabul para reconsiderar la decisión a medida que la fecha límite se acerca.

Encuestas de Estados Unidos indican que dos tercios de los estadounidenses se han opuesto a las guerras en Irak y Afganistán.

“Las cargas de un joven siglo no pueden recaer únicamente sobre los hombros de Estados Unidos”, escribió Obama en su Estrategia de Seguridad Nacional de 2010. “De hecho, a nuestros adversarios les gustaría ver la fuerza de Estados Unidos debilitada por estirar demasiado nuestro poder”.

En Egipto, las autoridades estadounidenses habían sugerido con fuerza a Morsi —junto con miles de millones de dólares en ayuda— que aliviara las tensiones, pero esas sugerencias no fueron escuchadas. Funcionarios en Washington y El Cairo dijeron el miércoles que no hay planes para una intervención militar estadounidense en Egipto, a pesar de que una unidad de unos 500 marines permanece en estado de alerta en el cercano Mar Rojo, donde ha estado posicionada desde hace tiempo.

La Casa Blanca también se ha resistido desde hace tiempo a desplegar tropas en Siria. Además, y a pesar de las críticas de algunos congresistas y aliados en el exterior, Obama se negó hasta el mes pasado a entregar armas a los rebeldes sirios que han estado luchando durante más de dos años para derrocar al presidente sirio Bashar Assad.

Tamara Cofman Wittes, quien se desempeñó como subsecretaria adjunta de Estado desde finales de 2009 hasta principios de este año, dijo que la Casa Blanca no puede darse el lujo de desentenderse de Oriente Medio mientras Obama intenta volver a concentrarse en Asia y Africa. A pesar de ello, la estrategia del gobierno en Oriente Medio puede ser un recordatorio no tan sutil de que Estados Unidos ya no quiere —o puede— interpretar el papel de policía mundial o de fuerza de mantenimiento de la paz.

“Una de las cosas que muchos estadounidenses cuestionaron a raíz de la experiencia de Irak y Afganistán es si Estados Unidos realmente puede estabilizar regiones inestables del mundo”, dijo Wittes, actualmente directora del Centro Saban para la Política de Oriente Medio en el Brookings Institution, un centro de investigación.

“El gobierno de Obama se ha puesto a la tarea no sólo de cerrar el capítulo de una década definida por dos guerras y reorientar no sólo Estados Unidos y sus expectativas sobre su papel en el mundo, sino reorientar las expectativas de otros países sobre el papel que Estados Unidos tendrá”, añadió.

Internacionales Obama Oriente Medio archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí