EL CAIRO/AGENCIAS
Las Fuerzas Armadas de Egipto anunciaron ayer a través de un discurso televisado la destitución del presidente Mohamed Mursi, quien será reemplazado a partir de hoy como presidente interino por el titular de la Corte Constitucional, Adly Mansur, quien había asumido su puesto el 1 de julio.
Mursi, primer mandatario civil elegido democráticamente desde 1952, cumplió su primer año de gobierno el domingo, el mismo día que millones de opositores salieron a las calles a pedir su renuncia. Mursi afirmó ayer que este “golpe de Estado es rechazado por todos los hombres libres del país”, haciendo temer el riesgo de que continúe el pulso. “Yo soy el presidente electo de Egipto”, expresó Mursi en un vídeo, en el que pidió al pueblo que “defienda su legitimidad”.
“No es un golpe de Estado”, dijo uno de los máximos exponentes de la oposición a Mursi, el exjefe de la Liga Árabe, Amr Musa, al subrayar que la decisión del Ejército cuenta con la aprobación de la Iglesia cristiana copta, la gran institución sunita Al Azhar y numerosas fuerzas políticas y sociales.
El estamento castrense encabezó intensas negociaciones para convencer a Hosni Mubarak que dejara el cargo como presidente, durante la revolución que lo desbancó del poder el 11 de febrero de 2011. Además, jugó un rol importante como garante para la paz durante la transición hacia un gobierno civil.
Meses después de esa revolución se desencadenaron nuevas protestas en la plaza Tahrir por las prerrogativas que se quería conceder a la Junta Militar cuando se elaborara la futura Constitución.
En noviembre de 2012, meses después de la elección de Mohamed Mursi, el Ejército volvió a tener un papel importante cuando la violencia volvió a las calles de El Cairo, después de que el presidente emitiera un decreto que le situaba por encima de la ley, lo que provocó una oleada de protestas.
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El abrupto desenlace recuerda la caída del régimen de Hosni Mubarak, derrocado el 11 de febrero de 2011 tras 18 días de masivas manifestaciones. Con la diferencia de que Mubarak, proveniente del Ejército, había entregado el poder a la institución militar. Esta vez, el Ejército confió el poder político a Mansur.
El Ejército también suspendió la constitución, y convocó a elecciones anticipadas. En la alocución, el jefe del Ejército y ministro de Defensa, el general Abdel Fatah al Sisi, anunció la creación de un nuevo gabinete. Sisi estuvo acompañado por los principales jefes religiosos del país y el representante de la oposición Mohamed Elbaradei. La nueva hoja de ruta fue presentada después de que expiró el ultimátum de 48 horas que dio el Ejército a Mursi el lunes.
“Un comité encargado de examinar los proyectos de enmienda constitucional será formado”, añadió Sisi. Asimismo, un gobierno que reunirá a “todas las fuerzas nacionales” y “dotado de plenos poderes” estará a cargo de “manejar el período actual”, agregó.
El representante del opositor Frente 30 del Junio, Mohamed el Baradei, calificó la hoja de ruta trazada por el Ejército como un “paso hacia la reconciliación nacional”. El Baradei aseguró que “se corrige así la Revolución del 25 de Enero”, que derrocó a Hosni Mubarak, y se responde a las demandas del pueblo egipcio.
Tras el anuncio de las Fuerzas Armadas, la plaza Tahrir de El Cairo, donde se congregaba una ingente masa de opositores, estalló de alegría bajo el ruido de fuegos artificiales. Una parte acusaba a Mursi de querer instaurar un régimen autoritario favoreciendo a los Hermanos Musulmanes.
MÁS VIOLENCIA
El ministerio del Interior, temiendo un recrudecimiento de la violencia y que aumente el balance de 47 muertos registrados en los últimos días, advirtió que responderá con “firmeza” a los desmanes y desplegó blindados en El Cairo, bloqueando las vías que llevan a las manifestaciones de los partidarios de Mursi. Ayer se registraron enfrentamientos en Marsa Matruh, donde perdieron la vida cuatro partidarios de Mursi y otros diez resultaron heridos en un ataque contra un edificio de la seguridad. Asimismo, se registró otro muerto en Alejandría.
Estados Unidos, que redujo su personal diplomático en El Cairo, anunció la evacuación de su embajada por temor a que empeore la situación. El presidente Barack Obama se mostró “profundamente preocupado” por la destitución de Mursi y urgió a un rápido retorno de un gobierno civil electo en ese país.
El rey Abdalá de Arabia Saudí fue el primer dirigente extranjero en felicitar a Mansur, “el presidente de la República árabe de Egipto hermana” y la Unión Europea pidió la celebración de elecciones “rápidamente”.
Según la prensa, las fuerzas de seguridad ordenaron la detención de 300 miembros de los Hermanos Musulmanes, así como jefes islamistas, mientras que a Mursi y a varios dirigentes del movimiento se les prohibió abandonar Egipto, entre ellos al guía supremo Mohamed Badie y su “número 2” Jairat al Shater. Asimismo, la seguridad interrumpió la difusión de su cadena de televisión.
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