San Salvador/ACAN-EFE
Reconoció a los periodistas que es “bueno que entre ellos no se maten, pero el problema está en que eso no se ha traducido en paz y en tranquilidad para el resto de la población”.
El funcionario anunció que el Gobierno está abriendo un espacio para la construcción de un pacto social que tenga una dimensión mayor a la “tregua“, más profunda y sostenible en el tiempo, donde todos los sectores jueguen un papel importante.
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La “tregua” alcanzada el 9 de marzo de 2012 entre la Mara Salvatrucha y la Mara 18, que consiste básicamente en no asesinarse entre sí, ha permitido disminuir los homicidios en un 52 por ciento en el país, pero todavía no se traduce en paz para la población, que aún vive bajo las amenazas de estos grupos delictivos.
La fragilidad del pacto quedó demostrada con dos hechos recientes: el repunte en el número de asesinatos y el abandono, el lunes pasado, de la escuela San Francisco Dos Cerros, en el municipio El Paisnal, a 39 kilómetros de San Salvador, por sus diez maestros y 289 alumnos por amenazas de pandilleros.
Según las autoridades, el inicio del problema fue que la Policía capturó a un pandillero de la Mara 18 que trató de reclutar alumnos de la escuela y fue denunciado por su director. Este hecho viola el compromiso de los pandilleros cuando el 2 de mayo de 2012 dijeron que en el marco de la “tregua” dejarían de reclutar estudiantes en las escuelas.
Una maestra de una escuela estatal de Lourdes Colón, en el oeste del país, expresó que la disputa territorial e intentos de reclutamiento persisten en los centros educativos y que muchos jóvenes se ven obligados a dejar de estudiar o trasladarse de centros por este problema.
Hasta el momento, el “único beneficio” que ha recibido la población “ha sido la baja de homicidios“, declaró el coordinador del programa de Seguridad Ciudadana y Justicia Penal de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), Nelson Flores. Delitos como extorsiones y desapariciones, “siguen latentes”, reconoció. Empero, recordó que no solo las pandillas cometen delitos en el país, sino que también hay “otros individuos” y grupos, como el crimen organizado.
El secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de Estados Americanos, Adam Blackwell, consideró que “hay que investigar” el repunte de homicidios, pero descartó que haya significado una “crisis” en el pacto, del que la OEA es garante.
Entre diciembre de 2012 y mayo de 2013 los salvadoreños que perciben que la violencia ha disminuido poco o nada se elevó de un sesenta a un 72.6 por ciento, según sondeos del Instituto Universitario de Opinión Pública, de la Universidad Centroamericana.
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