Rezaye Álvarez M.
Pérdida de la cobertura vegetal, generación de polvo e incremento en la sedimentación de las lagunas y el lago Xolotlán durante la época lluviosa son parte de los impactos ambientales que provoca la extracción de arena en el cerro Motastepe, ubicado en el costado oeste de Managua.
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Datos incluidos en un estudio realizado por el ambientalista Centro Humboldt, llamado El comportamiento actual del sector minero no metálico y sus implicaciones socioambientales en Nicaragua, indican que las afectaciones por la extracción de arena también implican un daño a la calidad del aire, la biodiversidad y la perdidas de las zonas de recargas de acuíferos, por la poca infiltración en el suelo del agua.
Según el consultor técnico de la Asociación de Jóvenes Ambientalistas, Raomir Manzanares, actualmente “todos o casi todos (las concesionarias) cuentan con permisos del Ministerio de Energía y Minas (MEM) y del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marena) para su explotación”.
En el caso del cerro Motastepe, la explotación data de hace 50 años. Para Manzanares, esta “engendra y engendrará problemas de erosión por escorrentía superficial, deslizamientos de tierra, empozamientos de aguas y futuros vectores de criaderos de mosquitos”.
La oficial de incidencia en temas de industria del Centro Humboldt, Tania Sosa, indicó que, en el estudio realizado en 2011, se valoró cómo estaba la situación y se obtuvo como resultado que “se está explotando de una manera irracional y en desorden”.
Sosa explicó que, al entrar la estación lluviosa, en la zona del Motastepe incluso existe el riesgo de deslizamientos o potenciales deslaves.
Y al formarse las corrientes de aguas pluviales, estas arrastran sedimentos que rellenan los cauces naturales y trae como consecuencias inundaciones a la población cercana, además del depósito de sedimentos en los cuerpos de agua cercanos, en este caso la laguna de Nejapa, el lago Xolotlán y la laguna de Asososca, que abastece de agua potable a una parte de la población de Managua.
Otro aspecto que ha incrementado el problema, según Sosa, es que Motastepe está dentro de una gran concesión, pero dentro de la misma concesión hay varios concesionarios ilegales que han sido cedidos por la empresa y eso también deriva en una falta de control de cuánto explotan y cómo lo hacen, ya que en la mayoría de los casos la extracción es sin tomar medidas que puedan amortiguar el daño ambiental de la extracción.
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