Elízabeth Romero
El jefe del Ejército, general Julio César Avilés, sostuvo hoy que muchos de los casos de violencia que se registran en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), obedecen a “pasadas de cuenta”, pero que son ejecutados con saña.
Recordó que en el sector hay un plan de seguridad en el campo y mantienen coordinaciones con la Policía Nacional en cuanto a un sistema de patrullaje “para luchar contra los focos delincuenciales” que según dijo, cometen delitos como el abigeato”.
El jefe militar se pronunció porque en esa zona se debe “ir rompiendo ciertas culturas, manifestaciones horrendas”.
Avilés señaló que mantendrán el sistema de patrullaje y reforzarán en esas zonas “cuando se presenten focos de violencia”, que es lo que hacen a la fecha.
Al ser consultado el jefe militar sobre declaraciones del obispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata, al canal 12 de televisión en las que acusa a esa institución de usurpar el papel de la Policía Nacional en la persecución de los que consideran cabecillas de grupos de rearmados en el norte, Avilés aprovechó para restarle crédito a la publicación de LA PRENSA sobre denuncias de persecución y maltrato a varias personas de Pantasma, bajo el alegato que al día siguiente salieron los detenidos ofreciendo declaraciones.
En esa ocasión los campesinos en ningún momento dijeron que no fueron detenidos y en una visita realizada por funcionarios del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) a la zona, a quienes acompañó LA PRENSA, los campesinos hablaron de las detenciones arbitrarias, allanamientos sin orden de captura y maltrato a la hora de la detención, por parte de patrullas conjuntas.
Al señalarle a Avilés que los lugareños sostienen que existió persecución y hostigamiento, el jefe militar se refirió a que de eso no le preguntaron al alcalde o al vicealcalde de Pantasma, al tiempo que señalaba: “fueron los mismo productores que dijeron, mandando papeles, pidiendo dinero”.
Sin embargo, pese a esas aseveraciones del jefe militar, el único detenido por el tiroteo entre armados y una patrulla combinada ocurrido el 18 de julio, en el Tamalaque, Pantasma, es Miguel Peralta, acusado por asesinato y tentativa de asesinato y en ningún momento por hechos delictivos comunes.
El 2 de agosto LA PRENSA publicó sobre una reunión entre Ejército, Policía y pobladores de Pantasma que “generó confianza y bajó las tensiones” —según el alcalde liberal de Pantasma, Óscar Gadea—, “en esa reunión autoridades del Ejército y la Policía pidieron disculpas a los campesinos por los abusos que se cometieron después de los sucesos de El Tamalaque”, publicó LA PRENSA el pasado 2 de agosto que informó Gadea.
El 24 de julio LA PRENSA publicó declaraciones de Gadea a través de las cuales criticó que la zozobra que enfrentaban obedecía a que “el Ejército se ha extralimitado en lo que tiene que hacer y muchos campesinos se quejan de la forma de operar de ellos”.
Incluso Gadea emitió un comunicado en el que señala que en la Alcaldía “nada tenemos que ver con los acontecimientos bélicos” ocurridos el 18 de julio en Tamalaque y “exigimos a las autoridades civiles y militares de nuestro país dejar de perseguir y amedrentar a nuestros funcionarios así como a nuestros pobladores campesinos”.