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Juan Vega Gon zales

Plan B

Muchos fracasos a la hora de implementar los planes que se realizan podrían evitarse contando con un curso o alternativa de acción a seguir, en caso de que las cosas no salgan como lo esperado. A esto se denomina “Plan B”.

Juan Vega Gonzales (*)

Muchos fracasos a la hora de implementar los planes que se realizan podrían evitarse contando con un curso o alternativa de acción a seguir, en caso de que las cosas no salgan como lo esperado. A esto se denomina “Plan B”.

La estrategia para elaborar el Plan B es “resolver el problema antes de que suceda”. Cuando planifique, piense en cuál será el plan de salida en caso de que las cosas no salgan como espera y elabore un plan de acción alternativo (Plan B) que responda las siguientes preguntas:

—¿Qué podría salir mal?

—¿Qué podría hacer fracasar el plan?

—¿Qué pasaría si…? (Indicar cambios en cualquier variable importante que podrían afectar significativamente el plan).

Considere posibles cursos de acción/acciones a tomar, en respuesta a las preguntas anteriores. Piense de antemano en cuál sería la relación entre beneficios y costos de cada alternativa, y cuál sería la primera opción de respuesta en caso de contratiempos o imprevistos.

En la práctica, cuando las cosas no salen como esperamos se nos “nubla la visión”. Las diversas emociones que se generan con la incertidumbre y obstáculos (temor, ira, inseguridad, impotencia, sentimiento de fracaso, desengaño, etc.) tienden a bloquear nuestra mente/pensamiento.

Cuando “dejamos de pensar claro” es cuando corremos el mayor riesgo de cometer errores. Ese es el punto delicado en el cual el plan puede “salirse de nuestras manos”. En esas circunstancias toma mayor importancia hacer una pausa mental y procurar pensar con más objetividad/tranquilidad.

Aprendizajes que destacan la importancia de contar con un Plan B:

a) Planificar antes de iniciar actividades en “cómo se reaccionará” frente a problemas que se encuentren en el camino (resolver el problema antes de que suceda).

b) Aprender a pensar con “la cabeza fría”, para minimizar los bloqueos mentales que generan las emociones frente a lo inesperado/indeseado.

c) Importancia de la flexibilidad. Si las realidades cambiaron es probable que tengamos que ajustar nuestros planes y curso de acción al nuevo contexto.

d) Convertir los problemas en oportunidades y aprovechar ese “sentido de urgencia” que se produce cuando las cosas no salen bien, para agudizar nuestra mente y encontrar soluciones/fuerzas, donde pensábamos que no las había.

Empezar a ejecutar un plan sin elaborar de antemano/contar con un “Plan B” sería como a ir a la guerra sin tener una retaguardia o suministros de aprovisionamiento.

(*)[email protected]

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