Moisés Martínez
Apenas siete meses después de su entrada en vigencia, la denominada Ley de Concertación Tributaria (LCT), el delicado e importantísimo esquema que rige quiénes y cómo pagan los impuestos en Nicaragua, será reformada nuevamente de común acuerdo entre el Gobierno y la cúpula empresarial del país.
El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, José Adán Aguerri, confirmó a LA PRENSA esta información y dijo que esta misma semana iniciarán los primeros encuentros abiertos con el Gobierno para discutir estas reformas.
Hoy en la sede del Cosep, el equipo técnico del gremio empresarial que trabaja en las reformas de LCT presentará ante los presidentes de las cámaras empresariales, aglutinados en este organismo, las propuestas de cambios en la legislación, las que luego serán abordadas en los encuentros con el Gobierno.
El Cosep, como ha sido su política con todas aquellas leyes que han trabajado en “consenso” con el Gobierno, ha mantenido bajo secreto estas propuestas, hasta presentarlas al Gobierno. Luego, de acuerdo a esta misma política de trabajo, solo abordará públicamente aquellas reformas en las que hayan acuerdos con el ejecutivo orteguista.
La razón de tan pronta reforma es simple: la gran cantidad de errores, omisiones y contradicciones que quedaron vigentes durante la aprobación de la primera LCT, la que de acuerdo con especialistas independientes, fue hecha de forma apresurada y atropellada.
“Yo a lo que llamo es la calma. Increíble, estoy abogando por el statu quo errado. Es que después van a seguir las correcciones, esto no acaba aquí. Porque acá hay que preguntarse, ¿estos son correcciones de errores? o ¿es la búsqueda de nuevas ventajas fiscales con nuevos gastos tributarios para Nicaragua?, en nombre de corregir un error, de ajustar una inconsistencia”, se preguntó.
“Con apenas siete meses en vigencia, que incluso el Cosep y el Gobierno había dicho que esperaban que la ley desplegara toda su potencialidad, vienen y ahora dicen que no, que está equivocada, que hay que corregirla. Los indicios indican que en nombre de la reforma, pueden venir mayores privilegios y mayores dados cargados”, insistió el experto fiscal.
Desde su perspectiva, el que se reforme la Ley de Concertación Tributaria es peligroso para la estabilidad que debería tener todo sistema tributario y que por ende, debería de mantenerse la legislación tal y como fue aprobado apenas en diciembre del año pasado.
“Todo sistema fiscal y tributario debe de ser predecible. Debe saber a qué atenerse. Si yo no cumplo con x retención, soy responsable de tal cosa, si yo no pago el impuesto tal, respondo por esto. Pero lo predecible de la tributación se basa, tiene su lógica, en la estabilidad. Es predecible el sistema para el inversionista, para el asalariado. Es vital que las reglas del juego se mantengan invariables, que conserven estabilidad”, afirmó.
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El especialista en temas fiscales, Julio Francisco Báez, advierte peligros en esta nueva reforma debido a que se está trastocando de manera muy pronta la estabilidad que debe tener todo sistema de pagos de impuestos.
La primera LCT tuvo que ser “corregida” por medio de 30 Fe de Erratas, luego que fuese publicada en La Gaceta Diario Oficial, y entrara en vigencia desde el 1 de enero del 2013.
LA PRENSA tuvo acceso a un borrador de la propuesta de cambios a la LCT y se contabilizaron al menos ocho propuestas de reformas y 40 modificaciones o cambios en los artículos debido a errores o contradicciones.
Sin embargo, para Aguerri, estas nuevas reformas, más que demostrar errores o apuros al momento de su aprobación, lo que deja claro es el interés de las partes de enmendar fallas que hay en la ley y que fueron visibles luego de estos primeros seis meses de existencia.
“En el proceso establecimos que en la misma ley se dejará claro que íbamos a tener seis meses para revisarla, para casualmente convencernos de las bondades o no, de algunos temas que no quedaron totalmente digeridos. Por eso es que era necesario ver cómo andaban en este proceso inicial. Hay que recordar que es una ley de 320 artículos, que una vez que nosotros terminamos de consensuar, no tuvimos quizás el tiempo para ya en frío, leer artículo por artículo, que es lo que hemos estado haciendo durante este proceso actual”, dijo Aguerri.
“Tenemos que asegurarnos que no hay contradicciones técnicas en lo que se hizo, viendo si hay áreas que corregir o no. Por el contrario, yo creo que más bien esto nos permite que una ley, que es la que va a quedar para los próximos años en Nicaragua, tenga esta oportunidad de revisarse en estos momentos. Esto nos va a dar la certeza de que los instrumentos que queden sean los adecuados para las empresas”, añadió.
Aguerri no quiso adelantar propuestas y minimizó las fallas existentes en el LCT actual, aduciendo que estas eran errores de forma y que en realidad el gremio empresarial solo abogaría por algunos pocos puntos principales, como modificar el sistema de autotraslación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) (artículo 115 de la LCT), algo que en el mismo documento al que se tuvo acceso, los empresarios califican de “inaceptable” tal y como quedó establecido.
Otro aspecto en la reforma que beneficiaría a los empresarios es la modificación del artículo 127, al ampliar la base de exoneración del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a la maquinaria, equipo y sus repuestos, llantas y equipos de riego, que sean utilizados en la producción agropecuaria, cuando anteriormente solo lo estaba para la producción agrícola.
“Si nos hubiésemos propuesto leer artículo por artículo hubiese significado entrar a un espacio de uno, dos o tres meses. Lo que nosotros queríamos entonces era definitivamente cumplir con los tiempos establecidos que nos permitiera iniciar este proceso de enero a junio, para en julio poder empezar esta revisión”, insistió el presidente del Cosep.
SE DESNUDA FALACIA
El especialista en temas fiscales, Julio Francisco Báez, quien fue uno de los principales críticos de la primera LCT debido a que desde su perspectiva esta fue pobremente consultada y apuradamente aprobada, expresó que el hecho de que se está discutiendo esta nueva reforma deja claro que nunca hubo tal “concertación”, como proclamó gobierno y gremios empresariales.
“Se desnuda la falacia de que hubo tal concertación. Si hubiese habido en un asunto tan estructuralmente serio, no tendría que estarse corrigiendo siete meses después. Y en el caso que estas correcciones tuviesen sentido, va a ser más grave el daño provocado por la inestabilidad que se está generando”, respondió primeramente.
“Tantos descuidos de técnica legislativa, lo que denotan es una total falta de seriedad. Estas mejoras se dan después de todo el movimiento traumático que enfrentó el país luego de la aprobación de la ley. Entonces antes de llamarlas mejoras, más bien deberíamos de llamarlas un máximo “mea culpa” por todas las improvisaciones que se realizaron. No hubo concertación tributaria para nada. Lo que hubo fue un proceso a puertas cerradas y por debajo de la mesa entre dos coautores que fueron el Gobierno y la cúpula empresarial, que discutieron, consensuaron y redactaron esta ley, un caso único en Latinoamérica”, añadió.
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