El Grupo Pellas realizó la semana pasada su X Encuentro Ejecutivo bianual con la participación de al menos un centenar de funcionarios ejecutivos de sus diversas empresas establecidas en Centroamérica, Panamá, México y Estados Unidos de Norteamérica.
El evento del Grupo Pellas se llevó a cabo esta vez en su centro turístico de Guacalito de la Isla, en las playas del Pacífico de Nicaragua, en el marco del año del centenario de Casa Pellas que fue fundada el 12 de marzo de 191 3 en la histórica ciudad de Granada de Nicaragua, con la razón social de F.Alf. Pellas y Cía. Sin embargo, si bien la fundación de Casa Pellas ocurrió hace cien años los antecedentes del grupo empresarial se remontan a 1875, cuando don Francisco Alfredo Pellas Canessa, italiano de origen francés, llegó a Nicaragua para establecer la primera empresa familiar. Eso fue un hito en la historia de Nicaragua, el punto de partida para el desarrollo de una iniciativa empresarial que a pesar de los altibajos de la azarosa historia nacional, ha avanzado y se ha consolidado hasta transformarse en un complejo de 25 empresas que es ejemplo de desarrollo capitalista exitoso, comprometido con la responsabilidad social y el desarrollo nacional y centroamericano.
El 25 de junio de 2004, cuando el Grupo Pellas realizó su VI Encuentro Ejecutivo en la Península de Papagayo, Costa Rica, el entonces presidente de Nicaragua y antiguo presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), don Enrique Bolaños Geyer, empresario él mismo, participó en el evento como orador invitado. Don Enrique exaltó en aquella ocasión la importancia de la empresa familiar para el desarrollo y el progreso de una nación. Ilustró el entonces presidente Bolaños a su auditorio, con la información de que “de entre las mil empresas mayores del mundo, el quince por ciento son familiares y el veinte por ciento de las que publica la revista especializada Fortune 500, están controladas por familias”. Agregó don Enrique, que está documentado y ha sido comprobado por la experiencia, que las empresas familiares tienen un mejor desempeño financiero que las controladas de forma anónima, y reveló el dato de que más de la mitad de los empleados del sector privado, en todo el mundo, trabajan para empresas familiares.
En realidad, la historia de Casa Pellas y el posicionamiento actual del Grupo Pellas en la economía nicaragüense y regional, es una clara demostración de que el capitalismo es el único sistema económico que garantiza el desarrollo, la prosperidad nacional y el progreso social, aunque no sin dificultades sino más bien a base de mucho trabajo y grandes esfuerzos. Por supuesto que estamos hablando del capitalismo sano, emprendedor y esforzado, que se basa en el trabajo honrado y practica la responsabilidad social empresarial, no de un capitalismo espurio y codicioso formado a base de usurpaciones de propiedades ajenas —lo que en Nicaragua se conoce como capitalismo piñatero— y que crece solo por el aprovechamiento del poder político y la competencia desleal.
Casa Pellas y el Grupo Pellas representan un capitalismo sano y progresista, constituyen un paradigma de empresarialidad que se define como la capacidad de crear y desarrollar empresas que crecen y se desarrollan a base del trabajo honesto, la austeridad administrativa, la práctica del ahorro, la responsabilidad social y una firme voluntad de innovación y renovación permanente.
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