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Rosa Choiseul con su esposo e hijos.

¡Las olvidadas!

Detalles de la vida y obra artística de dos poetas, Rosa Choiseul-Praslin Prado y Blanca Victoria Mejía Aráuz, de las ciudades de Matagalpa y Jinotega. Poetas que han sido olvidadas debido a que no aparecen en antologías o biografías del país.

Eddy Kühl

Detalles de la vida y obra artística de dos poetas, Rosa Choiseul-Praslin Prado y Blanca Victoria Mejía Aráuz, de las ciudades de Matagalpa y Jinotega. Poetas que han sido olvidadas debido a que no aparecen en antologías o biografías del país.

Rosa Choiseul-Praslin Prado nació en Matagalpa en 1893, hija de Jorge Choiseul-Praslin Aráuz, e Inocente Prado. Se casó en Matagalpa con Justiniano Buitrago, de origen leonés, que llegó a Matagalpa como magistrado de Justicia,  con quien vivió 35 años en Bluefields donde le enviaron como magistrado, entre 1929 y 1967, año en que falleció Justiniano en Bluefields. En Matagalpa nacieron sus hijos Mary, Jorge, Ione y Pablo. En Bluefields nacieron Pablo y Otto Justiniano. En Bluefields murieron y están enterrados Ione, Otto y el abuelo.

CON EL SEUDÓNIMO URANIA

Vivió en Bluefields hasta la muerte de su esposo Justiniano, luego se mudó a vivir en Managua, donde continuó escribiendo y publicando poesía en los diarios La Prensa, Novedades y otros en periódicos de América Latina. También vivió en Boaco tres meses.

 En 1968 se mudó a vivir a Matagalpa con su hijo, el abogado Pablo J. Buitrago Choiseul y su nuera Socorro Mena, seguido de su diagnosis de cáncer.  Vivió con sus hermanas Esmeralda y Mercedes Choiseul-Praslin y continuó escribiendo poesía hasta su muerte en 1972.

 Rosita escribía poemas con el seudónimo de “Urania”, escribió un libro de poemas que no llegó a publicarse. Murió en Matagalpa en 1972, yace en el Cementerio Municipal donde puede verse su lápida.

[doap_box title=”Los poetas y la familia” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Le digo a Helena, esa foto que le envié es de Blanca Victoria, pues mi mamá Soledad Aráuz le mencionaba con admiración, eso tienen las escritoras, dan orgullo a su familia y a la sociedad de su origen.

Le refiero a Helena que “las poetas segovianas nunca mueren, solo se esfuman en la montaña”, como Olga Solari, Rosita Choiseul, y en ese caso Blanca Victoria, y a nosotros nos corresponde rescatarlas.

Precisamente en esa década de 1911 a 1917 Jinotega vivió una época de esplendor, en gran parte inducida por el progresista sacerdote vasco Ernesto Oyanguren, quien ayudó a formar grupos de jóvenes en todas las artes. Tengo una lista de personas conocidas de Jinotega que menciona el periodista Juan Carrillo en 1926, aparece F. Luis Mejía, Evangelina Mejía, y Paulina Mejía, Blanca pudo haber ya emigrado a Managua o León.

En tiempo de esas publicaciones en Feminismo ilustrado, entre 1918-20, ella tendría unos 23 años de edad.

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JINOTEGANA AMIGA DE ALFREDO ALEGRÍA

Blanca Victoria Mejía Aráuz, de padres jinoteganos, nació en Matagalpa en 1897, allí hizo sus estudios de primaria.

Llegó a Jinotega en la primera década del siglo XX, sufrió de parálisis infantil, lo que también afectó algo el movimiento de sus brazos. Estudió unos años más y luego trabajó como maestra de escuela primaria. Seguramente fue alentada a seguir estudiando y escribiendo por el progresista sacerdote Ernesto Oyanguren quien impulsó las artes en Jinotega mientras sirvió como cura en esa ciudad entre 1911 y 1917, en ese periodo Blanca tenía de 14 a 20 años de edad.

Conoció al poeta Alfredo Alegría Rosales en Jinotega en 1925 cuando este se mudó de Matagalpa a Jinotega. Ella tendría 28 años, era dos años mayor que él, lo que se refleja en una de sus poesías

Su sobrino, el ingeniero Modesto Armijo Mejía, nacido en Matagalpa en 1923, hijo de Modesto Armijo Lozano, y Carmen Mejía Aráuz, dice que sus abuelos Mejía y Aráuz eran de Jinotega y tenían familia en San Rafael del Norte.

Sus abuelos Mejía vivieron luego en Matagalpa donde nacieron Carmen en 1893, Evangelina en 1895 y Blanca en 1897.

Blanca escribía prosa y poemas, pero él cree que no publicó libros. Nunca se casó, permaneció soltera.

Dice que Blanca era muy atractiva, pero se “quitaba” la edad para aparecer más joven, por esa razón tuvo ciertos problemas para tomar su pensión de retiro como maestra, pero como era conocida y muy hábil para comunicarse logró que la reconocieran con su verdadera edad.

Al final Blanca vivió en León, donde se dedicó a la religión Bahai. Al respecto dice el ingeniero Modesto que él fue a conocer el templo Bahai en Chicago.

REVISTA FEMENINA ILUSTRADA

¿Por qué mi interés en esta investigación? La escritora rusa-nicaragüense Helena Ramos investiga una antología de mujeres poetas o escritoras nacionales desde el siglo IX a la fecha.

Por diálogos dijo que tiene dos autoras de Matagalpa, Olga Solari Mongrio y Rosita Choiseul-Praslin, recientemente descubrió a la jinotegana Blanca Victoria (bonito nombre).

Encontró un escrito de 1920 que refiere al trabajo poético del jinotegano Alfredo Alegría, y en el Instituto de Historia de la Universidad Centroamericana otro escrito con fecha de 1958 donde Blanca elogia el trabajo del unionista centroamericano Salvador Mendieta.

La diligente periodista rusa-nicaragüense me pidió referencias sobre Blanca Victoria, relacionada con la norteña ciudad de Jinotega, tanto por Blanca Aráuz de Sandino, y como la esforzada y progresista Victoria Motta, quien emigró muy joven de Guatemala con su familia huyendo del gobierno de Estrada Cabrera y que se asentó en Jinotega, donde a principios del siglo XX levantó una escuela y el hospital que hoy lleva su nombre: Victoria Motta.

Me dice Helena que Blanca Victoria Mejía público prosas poéticas en la Revista Femenina Ilustrada (1918-1920) de Josefa Toledo, fechándolos en Jinotega. Uno está dedicado a Alfredo Alegría (Lo llama “naciente y ya poeta”, lo cual pareciera que ella era mayor que él, nacido en 1899) y otro a Nelly Adam (C irca 1898-1965). Según la información que le proporcionó Lolita Soriano a Helena, Blanca Victoria Mejía era maestra en Jinotega.

Me dice Helena que las otras escritoras a quienes Josefa Toledo menciona en la nómina de escritores en su libro Anhelos y esfuerzos (1935) no ha podido encontrar referencias de otras escritoras como Blanca Vega, Blanca del Valle (María Tugle) (así aparece en el libro) y Alicia Rostrán.

Cultura Poesía Rosa Choiseul-Praslin Prado archivo

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COMENTARIOS

  1. Un verso en la foto!...
    Hace 11 años

    Ya que mostraron su foto con el vestido parchado, a esta poetisa
    Matagalpina nunca la voy a olvidar…aunque no haya leido sus versos!

  2. Gary
    Hace 11 años

    Me parece muy importante esa investigación para recopilar trabajos de nuestras escritoras que por el correr del tiempo se les ha perdido la pista, muy bien lo que hace la escritora Helena Ramos.

  3. José
    Hace 11 años

    Es interesante conocer parte de nuestra historia y de personajes ilustres de nuestras Nicaragua, en esta tierra de poetas, felicito a Eddy por el reporte, y que continue enriquesendonos de conocimiento acerca de personajes aun desconocidos.

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