Eduardo Cruz
Sangre fría. Rostro duro. Reservado. Inteligente. Siniestro. Sin escrúpulos. Inaccesible. Intrigante. Fanático del Frente Sandinista (FSLN). Con influencias comunistas y socialistas. Así describen sus adversarios a Reinaldo Gregorio Lenín Cerna Juárez. O simplemente, Lenín Cerna, el exjefe de la Seguridad del Estado en el primer gobierno sandinista.
Cerna tiene otra hija llamada Martina, que procreó con su actual esposa Marisol Castillo, hija del funcionario somocista José María Castillo.
Además, Cerna ha tenido hijos con una mujer en Cuba y otra en México, según publicó la revista Magazine.
El padre de Cerna era un salvadoreño, René Cerna, un comunista que se radicó en Nicaragua en 1932, como sobreviviente del exterminio que perpetró el general Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador. La madre es Juliana Juárez, quien tenía una voz bonita y cantaba en la radio. La familia tenía una zapatería, el oficio de don René.
Los primeros tres hijos del matrimonio Cerna Juárez se llamaron Lenín, Engels y Krupskaia, por la influencia comunista del padre.
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2.Música: “El jefe de jefes”, de Los Tigres del Norte; Eric Clapton y Los Panchos.
3.Vestimenta: Le encanta andar bien vestido y perfumado.
4.Matrimonio: Casado con Marisol Castillo, hija del funcionario somocista José María Castillo.
5.Gusto: Le encantan los chismes, especialmente de lo que pasa con su familia.
6.Comida: Cerdo, frijoles.
7.Bebidas: Tequila, vodka y whisky.
8.Baile: No sabe bailar.
9.Mito: Se ha corrido el rumor de que alguien le prueba la comida antes de que él dé el primer bocado.
10.Cargos: Trabajó en el Consulado de Nicaragua en Honduras, jefe de la Seguridad del Estado en los años ochenta, asesor militar, coordinador de comandos electorales del FSLN, coordinador político de jueces y magistrados de apelaciones.
[/doap_box][doap_box title=”Los pecados de Cerna” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Asesinatos, actos terroristas, torturas, montajes contra personajes públicos son algunas de las acciones criminales por las cuales se denunció a Cerna.
Cerna, a quien es imposible localizarle para entrevistarle, rechazó en 1999 las acusaciones que se hacen en contra de él. Alegó que si defender a sus “hermanos y compañeros de lucha” fueron crímenes, “estoy dispuesto a asumir”, dijo el aludido en El Nuevo Diario, jactándose de que nunca le probaron nada. Agregó que él no esperaba ser defendido por ningún tribunal en caso de ser enjuiciado, “si no por el pueblo de Nicaragua”.
Los siguientes son solo algunos hechos en los que ha sido mencionado:
l El asesinato del exjefe de la Guardia somocista, Pablo Emilio Salazar, “Comandante Bravo”, ocurrido en 1979. Cerna laboraba en el Consulado de Nicaragua en Honduras y habría sido quien proporcionó el arma con que mataron a Salazar y por ello fue expulsado del país vecino.
2 Vinculación con grupos terroristas, como los españoles ETA. Cerna habría admitido este tipo de relaciones. Incluso, estuvo vinculado a terroristas que realizaron un atentado contra Edén Pastora.
3 Torturas a opositores y campesinos. En las celdas de la Seguridad del Estado centenares de nicaragüenses fueron torturados por los sandinistas, bajo las órdenes de Lenín Cerna. Luis Fley, exjefe contra, dice que “todos los campesinos en el norte que cayeron presos tienen recuerdos negros de él” debido a las torturas. “No tenía escrúpulos con tal de sacar supuestas verdades”, añade Fley.
4 Muerte de Anastasio Somoza Debayle. “El brazo del pueblo llegó hasta Paraguay”. Así interpretó Cerna en Radio Ya el atentado contra Somoza tras convertirse en el primer líder del FSLN, casi veinte años después, que admitió la participación del aparato de Inteligencia sandinista en aquella operación, calificada por el coronel retirado como “ajusticiamiento” y atribuida oficialmente a un grupo de guerrilleros suramericanos al mando de Enrique Gorriarán, según publicó el Diario El País, de España.
5 Carlos Guadamuz. Aunque Cerna no fue inculpado, en una entrevista a LA PRENSA tildó a Guadamuz de “traidor” y ensalzó al acusado por el crimen, William Hurtado, de quien dijo en su momento que fue un destacado elemento de la Seguridad del Estado.
6 Caso Bismarck Carballo. La DGSE le tendió una trampa en 1982 al padre Bismarck Carballo, entonces director de Radio Católica. Una feligresa lo invitó a almorzar y en el lugar un hombre simulando ser un esposo celoso que encuentra a su mujer con un amante, lo golpeó y lo obligó a desnudarse en el momento que llegó la Policía Sandinista, lo sacaron a la calle donde lo esperaba una multitud de agitadores y lo grabaron.
7 La Navidad Roja. Se le llama Navidad Roja al operativo que desarrollaron soldados del Ejército Popular Sandinista entre diciembre de 1981 y enero de 1982 para desalojar unas 20 comunidades miskitas del Atlántico Norte y reasentarlas por la fuerza en territorios bajo su control. Según la denuncia en este operativo 64 civiles fueron asesinados, otros 13 torturados y 15 más desaparecidos. Cerna fue denunciado como uno de los jefes que aprobó el operativo.
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“Si estás en un barco con él, y se está hundiendo, él te empuja para quedarse de último”, dice sobre Cerna el comandante sandinista Henry Ruiz.
Otro grupo de personas, sus amigos y principalmente sus familiares, tienen una opinión distinta sobre el hombre que recientemente fue designado por el FSLN para coordinar políticamente a todos los jueces y magistrados de apelaciones del país.
Edén Pastora estaba alejado de los sandinistas cuando en 1984 un grupo de terroristas vascos de ETA intentó matarlo al sur de Nicaragua, casi en la frontera con Costa Rica. Ese grupo de terroristas estaba conectado con la Seguridad del Estado. Pastora parece no darle importancia hoy al asunto y dice que a Cerna le correspondió el trabajo más duro de la revolución sandinista, el de “la mano pachona”, y por tanto lo estigmatizaron. “Si ese trabajo le ha tocado a San Miguel Arcángel, se hubieran cagado en San Miguel Arcángel”, dice Pastora.
Su familia describe a Cerna como un hombre vanidoso, mujeriego, padre estricto, celoso con sus hijas, chismoso, el tío que le lanza besos a las sobrinas, cariñoso. Así lo describieron en una publicación de la revista Magazine , de LA PRENSA.
Carmen Juárez, su sobrina, dijo que su tío sufrió cambios en su carácter debido a la vida militar que tuvo por décadas, lo cual lo alejó de la familia.
Jacinto Suárez, su compañero en la guerrilla sandinista y actual diputado en el Parlacen, asegura que la opinión pública tiene un mal concepto de Cerna debido a que los medios de comunicación le han creado una imagen negativa. “El delito de Lenín Cerna es que sigue siendo sandinista. Hugo Torres, que ya no está en el Frente, fue igual de la Seguridad del Estado y ya no es tenebroso”, alega Suárez.
“El comerciante de la justicia”
La “alarma” se encendió cuando este 22 de agosto pasado Bayardo Arce Castaño, asesor económico presidencial, presentó a Cerna como el coordinador político de jueces y magistrados de apelaciones en todo el país, en una asamblea de trabajadores del poder judicial de León y Chinandega.
Distintos sectores de la sociedad civil rechazaron un nombramiento que no aparece en ninguna ley y que prácticamente nombra magistrado judicial de hecho a Cerna. La Corte Suprema de Justicia rechazó la información alegando que no existía tal nombramiento. No les convenía, los dejaba en ridículo.
La amenaza de Cerna al sistema judicial no es nueva. El primer acecho ocurrió a inicios de los años noventa, cuando el FSLN acababa de perder el poder. Cerna habría propuesto a la dirigencia sandinista aprovechar que la mayoría de los jueces del país eran miembros del partido y utilizarlos para vender sentencias y desde entonces se convirtió en el jefe de los cuadros del FSLN en el poder judicial.
“Él llevó la idea de que se podía cobrar por determinados casos, convertir la justicia en una industria”, recuerda Henry Ruiz, quien agrega que Cerna no solo tendría influencias en la justicia del país sino también en la Policía. “Habría que preguntarse: ¿por qué un juez a veces no hace caso? En el asunto de propiedades, ¿por qué la Policía no cumple determinados mandatos?”, alega Ruiz.
Las raíces del poder
Hasta hace dos años Cerna era el secretario de organización del Frente Sandinista, una posición que le daba mucho poder, pues estaba a cargo de captar adeptos para el partido y además controlaba los escuadrones electorales.
“¿Te imaginás el peligro que representaba Cerna a la hora de unas elecciones internas para escoger candidato presidencial o presidente del partido?”, dice un sandinista que prefiere se omita su identidad. Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo necesitaban a otra persona más dócil, que les hiciera caso sin cuestionamientos. Cerna fue destituido de ese cargo y alejado temporalmente de las esferas del poder hasta que apareció el 22 de agosto como coordinador político de los judiciales.
La carrera política de Cerna comenzó en 1963, cuando ingresó al Frente Sandinista. Fue activo en la lucha contra la dictadura de Somoza, asaltó bancos y cayó preso con Daniel Ortega, Carlos Guadamuz, Jacinto Suárez y Manuel Rivas, entre otros.
Un político que no es sandinista y que no quiso ser identificado recuerda que cayó preso junto a Cerna y los demás reos sandinistas, como Ricardo Morales Avilés y Germán Pomares, le tenían mucha desconfianza porque Cerna era reo de confianza del capitán GN Alesio Gutiérrez. “Tengan cuidado con ese”, advertían Pomares y Morales.
Cerna escapó de morir en 1977, cuando junto a Jorge Sinforoso Bravo Sáenz tuvo un enfrentamiento con la Guardia Nacional en el puente Los Cabros, en el kilómetro 123 de la carretera León-Chinandega. Bravo murió pero Cerna logró escapar a pesar de que se fracturó un pie cuando se lanzó del puente al cauce.
Con el triunfo de la revolución, Cerna llegó a pedirle empleo a Tomás Borge, recién nombrado ministro del Interior, quien lo ubicó como jefe de la Seguridad del Estado, sustituyendo a Hugo Torres Jiménez. La revista Magazine reproduce el relato de Borge así: “No sé qué problema tuve con Hugo, él es buen muchacho. Pero puse mejor a Lenín Cerna y él demostró sus habilidades”.
“Lenín Cerna demostró vocación para ese cargo (jefe de la Inteligencia sandinista)”, dice un excompañero de Cerna quien pide el anonimato. Según la fuente, el cargo le costó a Cerna ganarse la estigma de represivo y torturador. “Lo que pasa es que ese cargo, cualquiera, difícilmente iba a escapar de críticas y señalamientos. Es muy difícil encontrar en un país en guerra a un director de cuerpo de seguridad que vaya a gozar del aplauso de la gente que tiene que perseguir y reprimir”, dice la fuente.
Cerna se convirtió en el brazo represivo de la revolución sandinista. Luis Fley, exdirigente contra, recuerda a Cerna como un personaje siniestro, torturador de campesinos. La Contra trató de eliminar a Cerna pero les fue imposible. “Era un tipo inaccesible, era difícil atacarlo”, reconoce Fley.
Con la derrota electoral de 1990, Cerna pasó a ser asesor en el Ejército y lo fue hasta 1999, cuando pasó a la vida civil y se reintegró a las filas del FSLN, como coordinador de los comandos electorales.
El hombre serio y de sangre fría continúa siendo la mano derecha de Daniel Ortega en asuntos de organización partidaria y represiva. Otro personaje oscuro, Néstor Moncada Lau, le ha querido disputar el puesto, pero no ha podido.
“Moncada Lau es farsante, pedante, peligroso, más proclive a actitudes menos inteligentes, más irracional y siempre adversó por resentimientos a Lenín Cerna, tienen una pugna. Lenín es más inteligente, tiene activada a toda la vieja oficialidad de la Seguridad del Estado, amistades con vieja militancia, le tienen más lealtad que a cualquier otro”, dice la fuente sandinista que pide el anonimato, quien agrega que Moncada Lau es usado para labores más nefastas y Cerna para trabajos más finos.
Lenín Cerna sigue cerca de Daniel Ortega, como en 1963, cuando Cerna arrastró a Ortega al FSLN y luego cayeron presos.
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