La pena de muerte no existe en Nicaragua, pero existió. Desde 1837 hasta 1979 el Estado tenía derecho de matar a quien infringiera la ley y así ladrones, asesinos —y también enemigos políticos— fueron llevados al paredón durante 142 años.
La revista Magazine recopila en su edición de septiembre, que circula a partir de hoy, algunos de los casos más emblemáticos y escandalosos de esas condenas de muerte y fusilamientos.
Fernando Mena, Hilario Silva, Francisco Caballero, Julio Cuadra Montenegro y Ramón Mayorga Figueroa son algunos de los fusilados de esa época que pagaron con su vida los crímenes que cometieron.
La revista de LA PRENSA también trae en su edición de septiembre la historia del periplo de tres jóvenes nicaragüenses que trataron de huir a Miami como polizontes de un barco coreano, a finales de los ochenta, y un reportaje sobre el destino del cerebro de Rubén Darío, del que se dice rodó por los suelos en algún momento, en otros estuvo retenido en una estación policial y una versión bastante creíble de que fue intercambiado por otro luego de su extracción.
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