Agencias
El Quijote, sí, pero también Tirant lo Blanc y hasta el artúrico Perceval, se sienten más huérfanos desde ayer, día en que el filólogo, romanista, cervantista sin par y miembro de la Real Academia, Martí de Riquer falleció a los 99 años en Barcelona.
“Me extraña que les interese que hablen de mí”, dijo ante 300 personas durante la presentación de su biografía, en marzo de 2008, en el que fue el último acto público al que asistió.
En 1979 escribió Quince generaciones de una familia catalana. A principios de los años 30, obras de teatro como El triomf de la fonética, y en 1934, su primer gran trabajo filológico, L’humanisme catalá.
Luego Tirant lo Blanc , pero sobre todo fue autor de una memorable edición de El Quijote (1944) y el estudio Para leer a Cervantes (2003), que sostenía que El Quijote era una novela de aventuras cómicas escrita por un lector de libros de caballería.
Fue nombrado Marqués de Casa Dávalos, recibió La Creu de Sant Jordi (1992) y el premio Príncipe de Asturias (1997, entre otras distinciones.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B