El cantante Manolo Escobar, una de las grandes figuras del folclore español cuya canción “Y Viva España” dio la vuelta al mundo, murió a los 82 años.
Escobar, leyenda del folclor e ídolo de multitudes en la España de los años 1960 y 1970, conocido por canciones como El Porompompero, Mi carro o La minifalda, luchaba contra un cáncer desde hacía años.
Entre su muy extensa discografía de éxitos —con 24 discos de oro— destacaba Y viva España, uno de los discos más vendidos en España hasta los años 1990, que lo hizo famoso en el mundo entero.
Las redes sociales se llenaron rápidamente de mensajes de despedida.
Sus últimos diez años de vida se vieron trabados por numerosas visitas al hospital. Así, por ejemplo, en 2010 se le extirpó un tumor en el colon que acabaría en metástasis, pero nada le impedía retornar una y otra vez al trabajo, aunque fuera “con una muletita”, como la que portaba tras la operación de cadera a la que se sometió en 2012.
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“Manolo Escobar, el tipo entrañable y familiar, coleccionista de arte, amable y cariñoso, cantante hasta el final, hasta el mundial… ¡Adiós!”, escribió en Twitter el actor español Santiago Segura, uno de los primeros en reaccionar.
Uno de sus últimos baños de masas del cantante tuvo lugar en julio de 2010 en Madrid, cuando Escobar, vestido con camisa amarilla y chaqueta y corbata rojas, cantó junto a los futbolistas de la selección española para celebrar su victoria en el Mundial de Sudáfrica ante miles de fans.
Manuel García Escobar, el quinto de diez hijos, nacido en la pequeña localidad andaluza de Las Norias de Daza el 19 de octubre de 1931, había anunciado su retiro de la música a finales de 2012 tras 50 años sobre los escenarios.
En septiembre de este año tuvo que anular las últimas actuaciones de su gira de despedida debido a una recaída.
“La música es mi vida, jamás me rendiré”, había afirmado ese mismo mes en una entrevista con el diario español ABC.
“Estoy feliz, porque tengo trabajo y porque, además, la gente aún está dispuesta a pagar por verme sobre un escenario. Mi intención era regresar a aquellos lugares por los que he pasado en más de cincuenta años de carrera y despedirme definitivamente. Cantaré una vez más en cada uno, para no regresar”, agregaba.
Escobar se inició en la música de niño durante los duros años posteriores a la Guerra Civil española (1936-1939) tocando con sus hermanos en fiestas y verbenas, primero en su Andalucía natal y más tarde en Barcelona (noreste), adonde emigró siendo adolescente.
A principios de los años 1960 saltó al estrellato con espectáculos en Madrid y Barcelona y su participación en una película, Los guerrilleros, de Pedro L. Ramírez, en la que también debutó otra leyenda de la copla española, Rocío Jurado.
A ese le siguieron muchos otros filmes, como El padre Manolo en que personificaba a un cura cantor. Actuó en casi una veintena de películas que amplificaron una popularidad ganada gracias a su estilo personal con el que modernizó la música folclórica española.
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