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“¡Yo quería ser payaso profesional!”,confiesa Ariel Bravo, ahora convertido en sociólogo y actor del teatro “performático” como gusta definirse. LA PRENSA/Luis Gutiérrez

Los trajes del actor

“No soy un actor de comedia, sino un actor performático con una mente abierta a la readaptación constante, un comunicador que potencia su creatividad y actuación”, así se autodefine el autor experimental y sociólogo José Ariel Bravo Almendárez, quien actuó recientemente con Xavier Espinoza en la obra Work in Progress. El País de los Ningunos.

“No soy un actor de comedia, sino un actor performático con una mente abierta a la readaptación constante, un comunicador que potencia su creatividad y actuación”, así se autodefine el autor experimental y sociólogo José Ariel Bravo Almendárez, quien actuó recientemente con Xavier Espinoza en la obra Work in Progress. El País de los Ningunos.

“La sociología no está muy distante de las expresiones artísticas del teatro”, argumenta Bravo Almendárez, porque según sus experiencias “el teatro también trata de tener una narrativa sobre la realidad, sus fenómenos, pasiones y contradicciones del ser humano”.

El ser sociólogo dice lo ha llevado a entender mejor las historias y el ser artista a ponerla en escenas integrales desde la improvisación escénica, innovaciones y actualidad; también sostiene “que nunca ha tocado la puerta del teatro formal”, justificando su formación alternativa.

De niño recuerda que sus padres, Ariel Bravo Lorío y Nonia Almendárez Leiva, le apoyaron para construir un pequeño circo en el patio de su casa que llamó Firuliche. “¡Yo quería ser payaso profesional!”, dice Ariel.

Para entonces vivía en Altagracia, por la Nunciatura, y le gustaba visitar los circos ambulantes que llegaban al barrio, uno de ellos era el Circo Firuliche, su dueño de igual nombre le regaló entradas para las funciones que nunca se perdía.

No obstante su afición creció, porque durante sus estudios en el Colegio Alemán Nicaragüense conoció el alemán Ulrich Söget, su primer maestro de teatro imaginativo. Este estimulaba en los jóvenes la creación de nuevos textos y ponerlos en escena, no como un guion de memoria, sino reinventado.

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Su reciente presentación fue en la Sala Experimental Pilar Aguirre del Teatro Nacional Rubén Darío, con la obra Work in Progress. El País de los Ningunos. Esta pieza argumenta su historia en las ideas de libertad, verdad y la razón y es tomada del texto El extranjero, de Albert Camus. En ella Ariel tuvo la oportunidad de dirigirla y actuar con el personaje el Investigador.

Xavier Espinoza, quien hizo el papel de Juez, y el Juzgado, comentó que este segundo guion se distancia de la obra original de Camus por sus improvisaciones ambientes escénicos, y por su modalidad que llaman “Work in Progress”; es decir, subraya, es una técnica de “obra en proceso” por la cual se caracteriza su grupo Al Margen.

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Con él tuvieron la oportunidad de poner en escena con sus variantes creativas el cuento danés El traje nuevo del emperador (o el Rey desnudo ), escrito por Hans Christian Andersen.

Performances a escena

Animado por sus primeros avances, en 1988, funda con Xavier Espinoza, Geisel González, Yesica Martínez y Ligia Luna el grupo de teatro-danza Desequilibro, y preparan una serie de performances que titularon Un grito en la oscuridad.

“Esta fue mi primera experiencia, en el teatro y el arte del lenguaje del cuerpo por encima de la palabra”, dice el artista, al valorar esta etapa de teatro combinado con danza y actuaciones libres. Dos años después se asocia con el actor José Wheelock.

“Con él trabajé en uno de sus performances que más me gustó, La soldadera y sus muertos, esta es una historia de los héroes caídos en la guerra que no tienen paz”. Posteriormente actuó en el corto experimental Pedro Chatarra.

Otras de sus actuaciones fue la llamada Balanza en el tiempo , realizada sobre una pintura con soporte de metal de Dorian Serpa, expuesta en el Salón de los Cristales del Teatro Nacional Rubén Darío; su técnica fue la improvisación del acto único que toma por sorpresa al público que no espera la actuación.

Durante la IV Bienal de Artes Visuales, celebrada en el mismo teatro, presentó su performance Escalonamiento . Este personificaba al Hombre de gris, un sujeto tomado de la novela Momo o los hombres de gris (1973) de Michael Ende, que habla de la burocracia y establishment que le roba el tiempo al ser humano. Kontak-Toss , es otro de los espectáculos de Al Margen que participó y presentó en el XII Festival Internacional del Teatro, Monólogos, Diálogos y más. Esta obra fue trabajada a partir de la adaptación de un texto de Isidro Rodríguez. La clave de su puesta en escena se centra en una alta expresión corporal y uso de poco texto.

Maestro en la cárcel

Como docente ha tenido la oportunidad de viajar a la localidad de Alamar, Cuba (del 2002 al 2004), e impartir talleres experimentales de actuación dramática a estudiantes de primaria en la Casa de Cultura Eloísa Álvarez Guedes, así a un colectivo de jóvenes de Poesía sin Fin, a los que dio clases sobre actos teatrales performáticos.

En esta ocasión presentó ante sus alumnos y público su personaje emblemático, El Autómata, una metáfora irónica tomada del dibujo biomecánico de su amigo Joi Pérez, que refiere sobre las restricciones de los derechos políticos en supuesta apertura en Cuba.

También fue maestro durante dos años en el Centro Penitenciario La Esperanza. En este espacio de reclusión de mujeres, formó un colectivo, al concluir los cursos logró que se presentara en la Casa de los Tres Mundos de Granada, la obra El nuevo traje de la emperatriz, una readaptación del original El nuevo traje del emperador de Andersen.

El acto del vértigo

Además de sentirse atraído por el teatro, cine dramático y textos del realismo social y de filosofía de autores como Dostoievski, Kafka, André Breton, y otros, ha dedicado parte de su vida al motociclismo.

“Desde los 17 años corrí en los circuitos de motocross, y hace unos años atrás en el campeonato nacional de Enduro. He tenido accidentes fuertes, pero me he rehabilitado. Para mí, la motocicleta es un diálogo con el alto riesgo, un asunto del vértigo”, dice al contarnos de su otra pasión: el deporte de motos.

Cultura obra teatro archivo

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