Elízabeth Romero
En esa ocasión fallecieron además el coronel Manuel López, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, teniente coronel Francisco Cruz Corea, teniente coronel Aldo Herrera, teniente coronel Chéster Vargas, el soldado Osmar Acosta y el contador de la Fuerza Aérea Christian López.
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Una fuga de combustible seguido de la explosión del tanque lateral izquierdo provocó un incendio en el área externa del helicóptero MI- 17 número 334, siendo esa la causa del accidente aéreo ocurrido el 20 de junio pasado, que dejó diez fallecidos, concluyó una comisión del Ejército de Nicaragua.
El incendio provocó “una cadena de eventos súbitos y la no gobernabilidad del medio” que finalmente explotó antes de caer al lago.
El inspector general del Ejército, general de Brigada Adolfo Zepeda, a cargo de la comisión conformada para investigar el accidente, señaló que el aparato estaba en “muy buenas condiciones técnicas” y reiteró que no hubo atentado.
“La ruptura de varillas de mando de la aeronave es la principal evidencia de la no gobernabilidad” del aparato e imposibilitó que la tripulación pudiera hacer frente a la emergencia, dijo Zepeda, quien aclaró estas “son situaciones súbitas, fortuitas que ocurren”.
UN BUEN DÍA
En las conclusiones que presentó Zepeda en la sede de la Fuerza Aérea de Nicaragua, se establece que al momento de realizar el vuelo la tripulación se encontraba apta para el cumplimiento de la misión, igual que el aparato estaba en muy buenas condiciones técnicas y “había un buen día para volar”.
El jefe militar recordó que la única grabación que lograron escuchar antes de la tragedia fue cuando el coronel Alfaro dijo: “Estamos en emergencia, 334” y luego se perdió la comunicación.
Esto fue cuando Alfaro hizo un segundo reporte, ya cuando el aparato estaba en el aire después de haber despegado del polígono de la base militar de El Papalonal, a las 10:29 a.m.
En la investigación participó una comisión de expertos rusos.