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Las reformas estratégicas de Ortega

Mauricio Mendieta Herdocia

Para las elecciones generales del 2011, el orteguismo ya tenía planificadas estas reformas, ya que para Ortega representaban el medio para alcanzar su gran objetivo estratégico de lograr un poder absoluto. Era definitivamente necesario obtener una mayoría dominante en la Asamblea Legislativa, siendo esta, una de las razones principales que lo impulsaron a cometer el fraude electoral. Una mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa era una necesidad imperativa, para permitirle aprobar sin dificultad sus reformas.

En las 39 reformas ya aprobadas existían algunos disparates, y otras eran como caza bobos, con el propósito de confundir a los tontos y utilizarlas con la clara intención que le sirvieran para negociar, y algunas hasta podrían ser eliminadas o modificadas a como al final lo hicieron.

Las reformas que estratégicamente le interesaban a Ortega eran únicamente tres: la reelección indefinida, emitir decretos administrativos y la modificación al código militar. Estas son las que contienen los elementos necesarios para establecer un poder absoluto de carácter totalitario como en los años ochenta; antes bajo un modelo soviético y ahora bajo un modelo fascista, caracterizado por el corporativismo estatal, consistente en la creación de corporaciones o asociaciones que agrupa a empresarios y trabajadores como forma de control, y por un dirigismo político y económico destinado a controlar las actividades políticas y económicas del país.

Con las reformas, como dijo la Conferencia Episcopal en su mensaje el pasado 22 de noviembre, “se pretende el desmantelamiento institucional del país”.

Por las experiencias históricas nocivas que ha representado para los intereses democráticos de la nación la reelección presidencial, además de inaceptable, debe ser rechazada de manera categórica por toda la población. La permanencia en el poder de manera repetitiva de una persona, termina por debilitar y deformar las instituciones. La no reelección ha sido una aspiración histórica de los nicaragüenses. Pretender establecer la reelección indefinida es un insulto a la memoria de quienes en el pasado lucharon, se sacrificaron y algunos murieron por oponerse a ella. Son un vivo ejemplo de esta lucha muchos de los que ofrendaron sus vidas en la insurrección del setenta y nueve, los hermanos Báez Bone, Adolfo Alfaro, Enrique Lacayo Farfán, Manuel Rivas Gómez, el mismo Pedro Joaquín Chamorro y muchos otros más.

Señor Ortega, la historia es fuente inagotable de enseñanzas políticas, aprenda de ella.

El emitir decretos administrativos, que suprimieron las palabras “que tenga fuerza de ley”, es lo mismo, porque a todos obviamente le darán sentido administrativo, y resulta en un golpe de estado a la Asamblea, puesto que todo lo que quiera Ortega lo implementará por medio de esta facultad que le confiere la reforma.

Con la reforma al código militar, Ortega convierte al Ejército y ellos se dejan convertir, en una guardia pretoriana partidaria, y logra cerrar el triángulo de la trilogía del poder totalitario consistente en la confusión estado, partido, ejercito. La cúpula militar del Ejército se dejó arrastrar y se parcializaron, o quizás la realidad es, que nunca dejaron de ser orteguistas y partidarios; sin embargo, hay que reconocer que algunos militares de los que fueron jefes del Ejército como Joaquín Cuadra y Javier Carrión iniciaron a partir de 1990, un plan de profesionalización apartidista y realizaron un gran esfuerzo para convertirlo en un verdadero ejército nacional.

Más que una torpeza, la cúpula militar cometió un gravísimo error. Con su conducta perdieron el respeto del pueblo nicaragüense, al convertirse igual que la guardia somocista en una guardia al servicio de una persona, una familia y un partido.

A Ortega le faltaba legitimar sus reformas. Para ello, era indispensable la asistencia y el voto en contra de los diputados de la alianza PLI y lo logró, ya que tendrá el argumento perfecto para decir que la oposición no solamente asistió, sino que votó en contra, y como el FSLN tiene mayoría absoluta, las reformas simple y llanamente fueron aprobadas por la mayoría, de acuerdo al ejercicio democrático establecido.

Es momento de honrar a la Patria y a los patriotas que se sacrificaron y murieron por ella. El autor es medico y dirigente político

Opinión Ortega Reformas archivo

COMENTARIOS

  1. El Nica California
    Hace 10 años

    Feliciitaciones al Doctor que escribio este articulo donde demuestra la realidad y las violaciones a la constitucion de la Republica que esta Cometiendo el Incontitucional Ortega-Murillo.Personas como la que escribio el Articulo son las que necesita Nicaragua no Mediocres Analfabestia,Defraudadores como son los Funcionarios Orteguistas.

  2. Alberto Martinez
    Hace 10 años

    No creo que haber asistido a la votación en la asamblea y votar en contra, le de legitimidad a las reformas, porque si no hubieran ido también se hubiera hecho todo conforme la ley, pues se puede proceder a realizar la votación. Para mi, que soy parte del pueblo y no político, esas reformas son ilegitimas porque surgen, como bien lo expuso el articulista, del fraude electoral de 2011.

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