Estoy convencido que la reelección presidencial en ningún país del mundo no es mala. Si los habitantes de una nación consideran que una persona ha hecho un buen trabajo como presidente y creen que esa persona llevará por buen camino a la nación, tienen derecho de escogerlo en periodos sucesivos para que los dirija por el camino que ellos creen es el correcto. El problema, en países como el nuestro, es que han existido, y existen, personas poco cultas, que al llegar al poder se han aferrado a este a pesar de ser rechazadas por quienes lo eligieron y que desean a otro individuo en su lugar. En estos tiempos modernos ya no es necesario tener al Ejército a sus pies para asegurarse la estadía en este cargo a punta de represión.
El claro ejemplo lo tenemos en nuestro país: a pesar de lo que se diga y pensemos, el Ejército ha demostrado ser una institución enfocada en sus deberes y alejado, por lo menos en público, de la política, al cabo de que solo el actual vicepresidente lo usó como trampolín para llegar al puesto que tiene, solo para fungir como el representante del Gobierno en los desfiles hípicos.
Personas ansiosas de poder eterno, como “nuestro” presidente, se aferran al poder teniendo a sus pies a un Consejo Supremo Electoral (CSE) corrupto y sobornado por prebendas que cuentan los votos como se los orienta la asesora presidencial (porque desgraciadamente el presidente no piensa por cuenta propia), teniendo bajo su mandato una CSJ que emite fallos orientados desde El Carmen castigando a opositores y premiando amigos, una débil oposición carcomida hasta las raíces por líderes que venden su dignidad a cambio de prebendas, puestos en el Gobierno para sus familiares, y la vida fácil que llevan como diputados. Y por último, y por cierto la más efectiva, la cobardía de la inmensa mayoría que lo rechazamos como presidente porque sabemos que fue impuesto por el CSE.
Desgraciadamente estamos esperando a que uno de estos líderes “opositores” dé el banderazo de salida para iniciar un proceso de cambios, sabiendo que son tan o más cobardes que nosotros mismos y que moriremos en esa espera.
Así pues, no existe mejor manera de asegurarse la reelección que la implementada por los ignorantes que llegan al poder. Una persona culta y dedicada al servicio de los demás sabe que haciendo bien su trabajo y actuando como un verdadero administrador y servidor público contará siempre con la simpatía y admiración del pueblo al que le sirve, y no luchará por ser reelecto sino que el pueblo se lo pedirá a través de los votos. Ni más ni menos.
Francisco Javier Gutiérrez L.
¿Qué es un sátrapa?
Mi nieto de 7 años me preguntó que qué es un sátrapa y yo le contesté sin esperar: Daniel Ortega, hijito. Daniel Ortega es un sátrapa. El diccionario define a un sátrapa, como una “persona que abusa de su autoridad para conseguir lo que quiere, sin tener en cuenta a los demás”, y como: “Hombre sagaz que sabe gobernar con astucia, o que gobierna despóticamente”. Solo que en el caso de Ortega, esto no se cumple, porque la sagaz es su esposa; ella es la que maneja a su gusto y antojo el aparato ejecutivo y todos los poderes del Estado, convirtiéndose en un personaje aún no definido por el diccionario, pues va más allá de lo conocido.
Gobernar con astucia es saber manejar la problemática de un país, en busca de soluciones que beneficien a la sociedad, y no solo a los serviles que le rinden honores al jefe supremo. Si gobernar con astucia es haberle hecho semejante robo al pueblo como el de aquel fatídico 14 de febrero de 1988, cuando desmonetizaron el país en el más descarado asalto de que haya sido objeto el pobre pueblo, o la puñalada de que fue víctima el trabajador con la última jugada macabra que se le propinó a los jubilados, robándoles del escuálido salario un porcentaje que vendrá a enriquecer más a la familia gobernante, están equivocados.
¿Es a eso que le llaman “vivir bonito”? Vivir bonito es trabajar sin el horroroso temor de ser despedido por no comulgar con el credo de los gobernantes, trabajar sin ser explotado y hasta humillado, obligado a realizar acciones vergonzosas so pena de ser despedido; vivir bonito es tener derecho a un trabajo digno, como reza la Constitución, y a un salario que le permita al empleado sufragar todos los gastos que le acarrean sus más elementales obligaciones, poder comprar todos los productos de la canasta básica, protestar sin ser vapuleado, ser bien atendido en los centros de salud y, en definitiva, vivir dignamente como se supone debe vivir todo ciudadano en su país.
En Nicaragua, señores, vivir bonito sería vivir sin sandinismo; pero no quiero decir con esto, que vivir bonito sería vivir gobernado por los liberales, porque sería una soberana mentira. Vivir bonito sería ser gobernados por un gobierno libremente electo y que haga las cosas como deben ser y no como a ellos se les antoje. Pero ante todo, vivir sin sandinismo.
Ramón Pineda, Jinotega
90 años de la Sonora Matancera
Dos Gardenias, A la Orilla del Mar, Total, Piel Canela, Burundanga, Yerbero Moderno, En el Juego de la Vida, Panamá me Tombé , y mil canciones más de las que grabó registradas en acetato la inmortal, inigualable, miles de veces imitada la Sonora Matancera. Mañana 12 de enero de 2014 cumple 90 años de su fundación. Por invitación de don Valentín Cané, en su casa No 46 localizada en el barrio Ojo de Agua, frente a los Baños la Americana, en la ciudad de Matanzas, Provincia de Matanzas, en la Isla de Cuba.
Según el libro Ochenta años de la Sonora Matancera , escrito por el maestro colombiano don José Portaccio Fontalvo y los biógrafos doctor Héctor Ramírez Bedoya (q.e.p.d.), doctor Díaz Ayala, doctor Helio Orovio (cubano), ingeniero Francisco Gutiérrez Barreto, Famoso Pancho Mambo (nica), coinciden que como “tuna liberal” se inició la Matancera. Según don José Portaccio Fontalvo “Escribir sobre la Sonora Matancera en un momento en que nos han antecedido unos cuantos libros sobre lo mismo”.
Yo también lo digo ¿Quiénes estuvieron ese día? Valentín Cané, director y ejecutante del Tres, Pablo Vázquez Gobín, Contrabajo, conocido como Bubú, Manuel Sánchez ¡Jimagua! en los timbales, Ismael Goberna, cornetín y trompeta. Domingo Medina, primera guitarra y cantante, José Manuel Valera, segunda guitarra, compositor y voz prima, Julio Gobín, tercera guitarra, maestro de Rogelio Martínez, Juan Bautista LLópis, cuarta guitarra, compositor y cantante. Algunos dicen que estuvo en esa reunión Eugenio Pérez como cantante inicial.
En los años cuarenta y cincuenta, Radio Progreso y C.M.Q. desde la Habana-Cuba invadían nuestro espacio de las ondas hertzianas, y a las 5:00 de la tarde, hora de Nicaragua, estábamos junto a un radito marca Phillips escuchando en vivo a Daniel Santos, Rosendo, Bienvenido Granda Aguilera, Celia de la Caridad Cruz, Alfonso, Myirta Silva, Miguelito Valdés, Leo Marini, Celio González, Nelson Pinedo, Bobby Capó y paro de nombrar. Hoy los matanceros, Daniel Avalos, Rafael Urbina Brizuela, Carlos Gricelio Rodríguez, ingeniero Reiniero Montiel, ingeniero Bayardo Cuadra, Eduardo López Meza, licenciado Brenda Trejos, doctor Danilo Aguirre Solís, Manuel Genett Barberena.
Este domingo 12 de enero, todos los bailarines que llegan a la Casa del Obrero y al Ateneo de Nicaragua, rendiremos tributo (a como dice Carlos Emilio Urbina Guillén) a los inmortales cantantes, arreglistas, grabadores, locutores de la inmensa Sonora Matancera que se encuentran integrando el Coro Celestial .
José María Talavera Salas
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
