Gloria Picón Duarte
El “modelo de consenso” del cual habla el Gobierno en sus discursos, y que los funcionarios han adoptado en su lenguaje, es solo “un modelo para la exportación” y que en la práctica en nuestro país no existe, aseguran distintos analistas.
“Como reiteradamente lo han señalado muchos especialistas, y el propio sector empresarial en su agenda técnica-económica, mejorar la cobertura y calidad de la educación es indispensable para remover el más importante rezago estructural de nuestro desarrollo. Y este gobierno ha tenido 7 años, y más recursos que cualquier otro, para empezar a remover ese rezago estructural y no ha hecho absolutamente nada”, critica.
Carlos Tünnermann agrega que si bien el país ha logrado una mejoría en el crecimiento económico, por su buen manejo de la macroeconomía, esto no se refleja en una mejora de la microeconomía, porque los problemas estructurales ahí están, “hay inequidad, concentración de riqueza, clase media debilitada etc”., dijo.
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Según el excandidato a la Vicepresidencia, Edmundo Jarquín, desde que el Gobierno aceptó en 2007 como único interlocutor al sector empresarial, este último presentó una agenda técnica y una agenda institucional, pero en la práctica el Gobierno no reconoce la segunda agenda, por tanto no existe tal consenso.
Para el analista Carlos Tünnermann un consenso es cuando las partes ceden espacios aún cuando no estén ciento por ciento de acuerdo en todo. Sin embargo, opina que en Nicaragua no hay tal consenso porque incluso con el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) —con quien el Gobierno dialoga— no se ha puesto de acuerdo en algunos puntos importantes para el país y cita como ejemplo la reciente reforma a la Constitución.
La empresa privada abogó por la no militarización de las instituciones del Estado, además de pedir que se cree un Instituto de Cedulación independiente del Consejo Supremo Electoral, pero el Gobierno no tomó en cuenta nada de eso.
Según Tünnermann, lo que el Gobierno busca al hablar de modelo de consenso es crear una “imagen” de que este es un país con estabilidad gracias al consenso social, pero la realidad queda al descubierto cuando se aprueba una reforma al Seguro Social por decreto, sin la mayor consulta y de la cual el mismo Cosep dijo que hubo puntos que rechazó.
“Es un modelo para la exportación, para que se diga que el Gobierno trata de gobernar mediante consenso, que tiene voluntad de dialogar, pero no hay voluntad más que con el Cosep, porque incluso la Iglesia católica está abierta al diálogo y el Gobierno no ha dicho una palabra”, criticó Tünnermann.“Para la agenda institucional el Gobierno, en la práctica, no reconoce al sector empresarial como interlocutor.
Y como tampoco acepta a la oposición como interlocutor para esa agenda institucional, no hay tal modelo de gobierno de consenso para temas políticos institucionales”, asegura Jarquín.Agrega que lo único que en temas institucionales importa a Ortega es consolidar un poder dinástico, no al estilo de una monarquía parlamentaria, sino de una dictadura como las registradas en la historia de nuestro país y otros de América Latina.
“El Gobierno busca acuerdos de corto plazo según sus necesidades y conveniencias y las del sector empresarial, pero en cuanto al largo plazo solamente importan las necesidades y conveniencias de Ortega”, reclamó Jarquín.