Tania Sirias
Hoy se conmemoran 47 años de la masacre del 22 de enero. Esa fecha ha dejado grandes lecciones, según el jurista Danilo Aguirre Solís. Una de estas es que si al pueblo se le niega su derecho a elecciones libres, este se subleva.
Aguirre Solís hizo una reseña histórica de aquel fatal día, cuando cientos de nicaragüenses, en particular estudiantes, perdieron la vida luchando contra la dictadura somocista.
“La historia no es como la cuenta el Frente Sandinista”, expresó Aguirre Solís. Recordó que ellos no tuvieron presencia el 22 de enero de 1967, pues “a la hora de los tiros no vi ni a un miembro”.
En su opinión, los ciudadanos deben decidir con el voto, si quieren mantener al mismo Gobierno o cambiarlo, pero se deben dar las condiciones necesarias para que este proceso se lleve a cabo de forma transparente.
“Si no se dan unas elecciones libres, podemos abrir una de las tantas vías peligrosas que conduzcan a lo que pasó ese 22 de enero. El pueblo al verse sin posibilidad de elecciones transparentes reacciona de manera decisiva”, advirtió Aguirre Solís.
VOTO CON SANGRE
Para el exprocurador Alberto Novoa, “el 19 de julio se confirma ese derecho que tenemos de elegir a nuestros gobernantes. Para nosotros el derecho sigue siendo una opción para redefinir y resolver nuestras contradicciones”, afirmó el exfuncionario.
Novoa agregó que el voto no se puede dar en estas circunstancias, ya que no existe confianza en los magistrados del Consejo Supremo Electoral y tampoco existe un respeto al Estado de Derecho.
Indicó, que ir a las elecciones en estos momentos es tener espacios políticos perdidos. “Mientras no se den condiciones, debemos decir basta ya de caricaturas de elecciones y fraudes”, expresó Novoa.
NO SEGUIR CAUDILLOS
La poeta Michele Najlis, otra de las sobrevivientes de la masacre del 22 de enero, opinó que la población no debe seguir caudillos. Lamentó que el líder Fernando Agüero “haya negociado con los Estados Unidos y haya dejado al pueblo como carne de cañón”.
Najlis expresó que los nicaragüenses “no debemos dejarnos cegar por las ideologías partidarias ni tampoco por los caudillos, un error que se cometió también en los años ochenta”, cuando Daniel Ortega era presidente de Nicaragua.
Azahálea Solís, del Movimiento Autónomo de Mujeres, opinó que al igual que aquel 22 de enero de 1967, hoy la población tiene desesperación por resolver los problemas del país, producto de una dictadura que concentra el poder económico.
“En 1979 botamos a Somoza, pero no al somocismo, este sigue vivo y más fuerte en lo económico, lo político y lo social, solo cambió de nombre y ahora se llama sandinismo”, dijo Solís.
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