Josué Bravo
Corresponsal / Costa Rica
Tras la reinstalación de la Policía de Fronteras por la mandataria costarricense Laura Chinchilla a inicios de 2011, en medio conflicto por territorio con Nicaragua, la lucha contra el tráfico de personas, drogas, armas y ganado ha sido más efectiva, destacó el Ministerio de Seguridad.
En marzo de 2011, Chinchilla y el Ministro de Seguridad Pública, José María Tijerino, presentaron la primera unidad de policía de fronteras, integrada por 150 oficiales, luego de haber sido abolida por el anterior gobierno liderado por Oscar Arias Sánchez.
Su reactivación se debió principalmente para “resguardar la soberanía” en frontera con Nicaragua, ante la alarma de supuesta invasión del Ejército de Nicaragua en el conflicto por el dragado del río San Juan y posteriormente la lucha por Harbour Head; aunque también para evitar el trasiego de drogas y la inmigración nicaragüense ilegal.
De acuerdo con lo declarado por el subdirector de la Policía de Fronteras, comisionado Allan Obando Flores, con esta policía se ha logrado realizar una labor más efectiva en el combate del tráfico de personas, drogas, armas y ganado, además de delitos ambientales, entre otras actividades ilegales.
Los importantes golpes al crimen organizado dados por esta policía ocurrieron el año pasado, cuando el 5 de octubre del 2013, en el sector de Boca Tapada, distrito de Pital de San Carlos, aprehendieron cuatro sospechosos de conformar una banda.
A ellos los oficiales les decomisaron 10 armas de fuego, varios cargadores de radios, cinco millones de colones en efectivo, 230 municiones, dos escopetas calibre, nueve celulares, un GPS, 11 tarjetas telefónicas, diversas tarjetas de crédito y comida enlatada.
Dos días después, en la localidad de Limoncito de Cutris, municipio de San Carlos, los integrantes de la Policía de Fronteras descubrieron varios helipuertos y un improvisado campamento con más de 22 armas de grueso calibre y estañones con combustible, entre otras cosas.
Según el comisionado Obando, en este mes de enero aumentó la presencia policial en el cordón fronterizo con Nicaragua mediante patrullajes constantes, y para el resto del año se tiene previsto efectuar una labor similar en la frontera con Panamá.
La franja fronteriza que vigila esta policía comprende desde Delta Costa Rica en el Caribe norte, pasando por diversas localidades del municipio de Sarapiquí, por Cutris, Boca Tapada y Pocosol de San Carlos, así como otras comunidades de los Chiles, Upala y La Cruz, siendo su punto más extremo Conventillos, en zona guanacasteca, en el Pacífico.
Según el Ministerio de Seguridad, los miembros de esta nueva unidad fueron formados en supervivencia y patrullaje en zonas selváticas, descenso mediante “rappel”, operativos de control en carreteras, recuperación de objetos en el agua, patrullajes nocturnos, inspecciones en puestos fronterizos, patrullajes móviles, seguridad personal, investigación de documentos dudosos, disparo nocturno y diurno, técnicas especializadas en controles de carreteras, planes de trabajo y acondicionamiento físico.