Jeniffer Castillo Bermúdez
Este año escolar, que inició el lunes 10 de febrero, al Edgar Arbizú llegaron 1,800 estudiantes. La directora Magda Morales dice que debido a las mejoras de la escuela, superaron las cifras históricas de matrícula escolar.
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Los 1,800 alumnos del colegio Edgar Arbizú tienen la misión de cuidar su nueva escuela. “Aquel que dañe su pupitre o raye las paredes tendrá que responder”, asegura la directora del centro, Magda Morales.
Además, asegura Morales, los padres de familia llegarán a la escuela cada mes para limpiarla totalmente y velar para que los pupitres, pizarras y jardín escolar estén siempre en buenas condiciones.
Este colegio recibió una inversión de casi 12 millones de córdobas por parte del Ministerio de Educación (Mined), luego que LA PRENSA insistiera con la necesidad de reparar la escuela.
Ahí cada vez que llovía, la directora suspendía las clases, porque el techo estaba agujereado y las aulas de clase ya no tenían ventanas.
Ahora, las 17 aulas de clase, dos bodegas, el preescolar, la biblioteca, el centro de aprendizaje y la cancha son nuevas.
“Los niños en el aula de clase tienen más espacio para jugar. Tienen mesitas y en el patio pueden jugar sin problemas, porque antes estábamos que si el techo no me caía a mí, le caía a la otra profesora”, dice Yolanda Martínez, docente de tercer nivel.
De acuerdo con Morales, “definimos nuevas normas para el cuido, y cada grupo es responsable de mantener limpia y en buen estado el aula”.
Entre otras cosas, los niños no pueden compartir su pupitre, no deben tirar basura en las aulas ni en el patio escolar.
Tampoco tienen que rayar las paredes, ni quebrar las ventanas.
En cuanto a los baños, ellos tendrán que lavarlos siempre que los utilicen.
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