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ADOLFO ACEVEDO. LA PRENSA/ARCHIVO

¿Cuándo habrá empleos de calidad para los jóvenes y adultos?

El grado de desarrollo de un país se encuentra indisolublemente asociado a la calidad de empleos que genera su economía. A su vez, el tipo de empleos es el reflejo de la calidad y complejidad de su estructura productiva.

Adolfo Acevedo Vogl (*)

El grado de desarrollo de un país se encuentra indisolublemente asociado a la calidad de empleos que genera su economía. A su vez, el tipo de empleos es el reflejo de la calidad y complejidad de su estructura productiva.

Una estructura productiva especializada en unos cuantos productos de baja complejidad tecnológica, pobre valor agregado y limitados encadenamientos, con reducida demanda de conocimientos, que pueden competir en los mercados externos e interno principalmente en base al bajo costo de los factores, generará predominantemente empleos que requerirán una fuerza de trabajo muy poco calificada y barata.

Este tipo de especialización, si se reproduce y se perpetúa en el tiempo, mantendrá al país sumergido en una trampa de baja productividad e ingreso.

Para que una economía genere predominantemente empleos de mayor calidad se requiere que se diversifique hacia actividades de creciente complejidad tecnológica, con mayor demanda de conocimientos y destrezas, capaz de desarrollar estrechas articulaciones y encadenamientos entre los diversos sectores y ramas, y entre estas y las instituciones educativas y de investigación.

A lo largo del tiempo la estructura productiva deviene cada vez más compleja y estará articulada por una densa red de encadenamientos e interrelaciones, mediante las cuales se logra desarrollar todo tipo de sinergias, externalidades positivas y economías de escala dinámicas.

En esta misma dirección, los aportes más recientes de la corriente de investigación neoschumpeteriana-evolucionista han mostrado la estrecha vinculación que existe entre los procesos de innovación y aprendizaje tecnológico, la adquisición y desarrollo de nuevos conocimientos y destrezas, y el proceso de transformación estructural. Ningún país se desarrolla si no logra reducir la brecha con respecto a la frontera tecnológica.

Sanjaya Lall aportó el análisis de la relación que existe entre el tipo especialización externa, el nivel de desarrollo y el grado de complejidad tecnológica de las exportaciones. Dani Rodrik y Ricardo Haussmann encontraron que el grado de sofisticación y complejidad de la canasta exportadora es un excelente predictor del nivel de ingreso per cápita que alcanzara un país.

Thirlwall mostró la relación que existe entre elasticidad-ingreso de las exportaciones e importaciones y la tasa de crecimiento económico compatible con un desequilibrio externo sostenible a largo plazo. Rodrik, Popov, Frenkel y Bresser Pereira han mostrado el papel clave de un tipo de cambio real alto para posibilitar la transformación estructural.

En mi caso, he pretendido vincular el análisis entre cambio en la estructura sectorial de la producción y el empleo, el tipo de empleo que se genera, el carácter de la inserción externa de la economía, la evolución de la productividad y el proceso de transición demográfica en el caso específico de Nicaragua, de 1950 a la fecha.

Asimismo, he procurado analizar en detalle la experiencia de los pocos países que, en los últimos 60 años, completaron el proceso de transformación estructural y pasaron de ser más pobres que Nicaragua a países de alto ingreso en apenas algunas décadas.

También he profundizado en lo posible la interesante experiencia del África Subsahariana y de diversos países de América Latina en materia de transformación estructural y transición demográfica. Me ha apasionado el estudio de la historia de la transformación de la agricultura a lo largo de la historia, y en particular a partir de mediados del siglo XX, en diversas regiones y países.

Sobre esta base he llegado a la convicción de que el proceso de transformación estructural, ahora bloqueado, solo se reiniciará cuando se resuelva el problema de la productividad del trabajo en el sector agropecuario.

Asimismo, he concluido que sin un proceso de acelerada diversificación hacia actividades de mayor complejidad tecnológica, alta densidad de encadenamientos y dinamismo de la demanda, la economía nicaragüense continuará generando predominantemente empleos de baja productividad y pobre remuneración.

(*) Economista

[email protected]

Economía Desarrollo Economía Empleo jóvenes archivo

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COMENTARIOS

  1. Joaquin
    Hace 10 años

    Cada vez que leo al sr. Acevedo me da una profunda tristeza, ver como mentes tan dotadas de conocimiento aplicado a nuestra realidad producen propuestas o pronosticos tan acertados, se encuentra fuera del Gobierno, entiendo por que estamos como estamos. Felicitaciones Sr. Acevedo, es Ud. un Sabio.

  2. Milton Martinez
    Hace 10 años

    Se que parece que esta predicando en el desierto, pero no se desanime Sr. Avendaño sus aportes y conocimientos en Materia Económica tarde o temprano deberán de ser tomados en cuenta para salir de una vez por todas adelante y lograr la mejoría integral en el ingreso de los Nicaragüense y progreso real del país, Gracias Patriota, Nicaragua se lo agradece! – Millòn

  3. jose m. fernandez
    Hace 10 años

    Muy interesante el tema de la buena calidad de los trabajos q’ produce la economia conforme a su desarrollo,o sea q’ este es el aspecto cualitativo solamente,pero,y el aspecto cuantitativo? o sea cuantos trabajos de buena calidad se produciran? dos,veinte,doscientos,o mas trabajos,y por cuanto tiempo ,6 meses,un año,10 o 20 años.por cuanto tiempo seran sostenibles estos trabajos?

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