Ankara/EFE
Al menos ocho personas fueron detenidas este sábado en Turquía al enfrentarse cientos de manifestantes en varias ciudades a la policía turca en marchas de repudio contra la corrupción política en el país eurasiático.
Según la versión electrónica del diario “Hurriyet”, las protestas se produjeron en Ankara, Estambul, Mersin y Denizli, donde los manifestantes salieron a las calles coreando eslóganes como “Son ladrones”, “En todas partes hay corrupción” o “Gobierno dimite”.
Las fuerzas del orden utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua a presión para dispersar a los manifestantes en la céntrica plaza Kizilay de Ankara.
Los manifestantes respondieron lanzando pierdas y petardos contra los agentes de antidisturbios, y según “Hurriyet”, ocho personas fueron detenidas en Ankara.
En Estambul, los manifestantes se reunieron en varias zonas de la ciudad y la policía tomó medidas extremas de seguridad para evitar que las marchas lleguen hasta la céntrica plaza de Taksim, epicentro de las grandes protestas sociales del año pasado.
En los distritos estambulíes de Kadikoy y Besiktas, cientos de personas tiraron al aire billetes falsos de euro y dólares en protesta contra el dinero encontrado en las casas de dos hijos de exministros, liberados ayer tras 10 semanas de prisión preventiva.
La policía hizo uso de gases lacrimógenos y cañones de agua a presión para prevenir el acceso a la plaza Taksim.
Turquía vive desde mediados de diciembre una serie de grandes escándalos de corrupción, que le han costado ya el cargo de cuatro ministros, mientras que varios sospechosos, entre ellos, tres hijos de exministros, fueron detenidos temporalmente.
El pasado lunes se filtró además la grabación de una supuesta llamada telefónica entre el primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan, y su hijo Bilal, en la que hablan sobre cómo deshacerse de millones de euros y dólares en efectivo guardados en una de sus casas.
Desde entonces, en numerosas ciudades turcas se han organizado manifestaciones espontáneas bajo el lema de “por aquí hay ladrones”.
El propio Erdogan, quien es criticado por la oposición por su talante poco dialogante, niega estas alegaciones y dice que todo es una conspiración en su contra.
Durante un mitin político ayer, el primer ministro calificó a los manifestantes como “izquierdistas”, “ateístas” y “terroristas”.