“Y si una de cada dos mujeres en su niñez o adolescencia lo ha vivido, no podemos hablar de un incremento”, sino que el problema sigue registrándose en el país, dijo Norori.
El Instituto de Medicina Legal (IML) reportó en 2013 las valoraciones psicológicas por delitos sexuales, aumentando en un 90 por ciento en relación con el 2012. De ese total un 70 por ciento corresponde a menores de 16 años.
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Elízabeth Romero
Las violaciones en el país “son elevadísimas”, aunque hasta ahora no hay datos oficiales porque las organizaciones como el Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS) no conoce las estadísticas de la Comisaría.
Lorna Norori, del MCAS, calificó el problema en Nicaragua como una epidemia y una violación de derechos humanos, y que es una situación que han advertido, pero que ha habido una invisibilización por parte del Estado.
La jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, dijo el martes que en 2013 únicamente lograron desacelerar en 1.6 por ciento el incremento que registraba ese delito. Sin embargo, Norori expresó que la mayor ocurrencia de este delito se encuentra en el subregistro.
“El problema se mantiene y es elevadísimo”, sostuvo Norori quien recordó que por lo que Norori señaló: “El abuso sexual sigue ocurriendo de una manera increíblemente alto el porcentaje”.
Azáhalea Solís, del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), criticó que la impunidad en este tipo de casos ha provocado el desestímulo de las víctimas en denunciar.
“Los resultados son producto de actuaciones estatales”, dijo Solís, quien recordó la resolución de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en el caso de violación denunciado por Fátima Hernández. En esa sentencia las autoridades establecieron a la víctima como colaboradora necesaria.
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