Rezaye Álvarez M.
Mientras los pobladores del departamento de Managua y Nagarote en León, durmieron por segundo día fuera de sus casas por la actividad sísmica constante, las autoridades siguen sin encontrar una explicación científica de lo que causa este tipo de eventos.
Y la tierra sigue temblando fuerte. Anoche se produjo un sismo de 4.2 grados en la escala Richter a las 10:28 p.m., con 5.8 kilómetros de profundidad, cerca de Managua, según el reporte del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
En la última comparecencia telefónica de ayer, la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, reiteró la alerta roja nacional y actualizó las cifras de la actividad sísmica registrada durante el día.
De acuerdo con Murillo, el Ineter también reportó que ayer se registraron 73 réplicas, de las cuales 58 fueron cerca de la laguna de Apoyeque.
Managua, la capital, es la más vulnerable ante un sismo, eso porque está atravesada por 18 fallas sísmicas, en una zona de alta densidad poblacional de 4,506 habitantes por kilómetro cuadrado, donde viven cerca de 1.5 millones de personas.
Es por eso que durante el 2013, Defensa Civil realizó 185 simulacros en preparación ante cualquier desastre incluyendo hipótesis de terremotos.
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Asimismo, ocho réplicas fueron cerca del volcán Momotombo, cinco cerca de Los Brasiles y otros cerca de Mateare y Ciudad Sandino.
Además mencionó que las profundidades registradas de los sismos que se han producido cerca de Apoyeque van de los cinco o menos kilómetros hasta entre 15 y 20 kilómetros.
Lo que sí queda claro son los daños que dejó el sismo ocurrido el domingo 13 de abril a las 11:07 p.m. y que tuvo una magnitud de 5.6 grados en la escala Richter.
EL REPORTE DE DEFENSA CIVIL
Según el informe proporcionado por Defensa Civil y con corte a las 8:00 a.m. de ayer, colapsaron nueve viviendas en Managua. De esas nueve, cuatro son de Ciudad Sandino, cuatro en Mateare y una en Managua.
Asimismo se reportaron 13 viviendas dañadas: ocho en Managua, una en Nagarote y cuatro en Niquinohomo.
Murillo además afirmó que se ha evacuado a 250 familias, es decir, 972 personas a albergues en Managua.
CÁRCELES EN ORDEN Y TURISMO SIGUE
Murillo también se refirió a la situación de los privados de libertad y dijo que el Ministerio de Gobernación reportó normalidad en el Sistema Penitenciario Nacional, e incluso los familiares están llegando para reunirse con quienes están recluidos en el penal.
Asimismo, Murillo dijo que la Dirección de Migración y Extranjería reportó que continúa fluida la entrada de nacionales y extranjeros para pasar las vacaciones de Semana Santa.
EN LAS FALDAS DEL VOLCÁN
María Cristina Duarte, con temor a recostarse a una de las paredes de su casa porque siente que tiembla, cuenta que desde el jueves no duerme bien. Duarte es una de las 170 personas que vive en la comunidad Gocen, en las faldas del volcán Apoyeque, lugar que ha sido epicentro de 185 sismos según el reporte emitido por Defensa Civil ayer hasta las 8:00 a.m.
María Cristina teme por su familia, por su hijo y esposo, por su casa que aún no termina de construir y ya está “rajada” de tanto temblor.
En Gocen, la tierra no solo se mueve en terrenos como el de Raimundo Adonis Castro, quien tiene más de 25 años de vivir ahí, sino que “se reventó la tierra”, las grietas, pequeñas pero visibles, recorren metros y metros a través de su patio.
Producto del temblor del domingo, Castro y su esposa Thelma del Socorro Pilarte, tendrán que reconstruir el horno en el que hacían pan todos los sábados para venderlo y “ayudarse” económicamente.
SIENTEN QUE APOYEQUE RETUMBA
Castro dice que desde el jueves ha escuchado al “cerro” (Apoyeque) retumbar, que cada vez que va a temblar se siente como si viniera una fuerza de otro lado y chocara con el volcán y moviese la tierra.
Esto no lo asusta, según Castro, pues en 2012 hubo una serie de sismos similares, aunque en aquella ocasión, recuerda, no se abrió la tierra ni tuvieron tantos daños materiales.
Los pobladores de Gocen están conscientes de la situación y saben las medidas de seguridad. Mientras se recorre el caserío se pueden ver los colchones tendidos en los patios, la gente sentada contemplando el árido con Apoyeque ahí, en constante movimiento.
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