El equipo acostumbrado a ofrecer recitales futbolísticos en los que a su delicadeza habitual con el balón agregaba intensidad, potencia y una ambición sin límites perdió de repente el aliento, la puntería y la pasión, mientras se descubre luchando por no precipitarse al vacío.
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El Barcelona, que forzó el más visible punto de inflexión en la historia reciente del futbol mundial, intenta levantar cabeza hoy ante su más enconado rival, el Real Madrid, que por su lado, intenta utilizar la Copa del Rey para de una vez dar la estocada final a su enemigo.
Aunque la ausencia de Cristiano Ronaldo en el conjunto merengue y las dudas sobre los centrales del Barcelona amenazan con quitarle intensidad al clásico, hay mucho orgullo en juego como para creer que los dos clubes no saldrán al campo con todo lo que dispongan.
El más urgido de ganar es el Barsa, que de caer hoy, corre el peligro de quedarse con las manos vacías, después de ser sacado de la carrera por la Champions por el Atlético, y de haber recibido una zancadilla por parte del Granada, en su pretensión de adjudicarse la Liga.
Pero el Madrid también necesita ganar. En una temporada, en la que aspira a todo, caer en todas las ocasiones ante el Barcelona provocaría una hendidura en su perfil. De tal modo que nunca como hoy el conjunto blanco tratará de apretar por el cuello a su oponente.
Ante la ausencia de Cristiano por lesión, Francisco Alarcón (Isco) entrará en acción, con lo que Carlo Ancelotti pretende mantener la agresividad arriba sin alterar su equilibrio táctico. Gareth Bale será el comandante en la ofensiva, con Ángel Di María por el otro costado.
Más complicada aún es la ecuación que deberá resolver Gerardo Martino. A un equipo al que le ha faltado capacidad resolutiva, se agrega el problema de lesiones de Piqué y Bartra, por lo que probablemente intente con Mascherano, Busquets o Song, como alternativas.
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