Amalia del Cid
No hay signos ni evidencia científica de una inminente erupción volcánica en las circunstancias actuales, aseguró la primera dama Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. Lo hizo al presentar el informe de los hallazgos realizados por expertos nicaragüenses respecto a los sismos en cadena ocurridos en los últimos días.
“Hay ausencia de factores básicos, como la variación de la calidad del agua en los cráteres, ausencia de emanación de dióxido de azufre, ausencia de variación de la calidad de las aguas en pozos cercanos y ausencia de deformaciones en las estructuras de los volcanes mencionados”, detalló Murillo. Debido a que no están presentes estas condiciones, no hay evidencia de una posible erupción de los volcanes Momotombo y Apoyeque en estos momentos.
No obstante, aclaró, como en cualquier país donde hay volcanes, “hay rasgos que permiten decir que lo que está sucediendo en este momento podría preparar futuros escenarios de actividad volcánica”. Y recordó que Nicaragua ya ha vivido situaciones parecidas a esta, “como la explosión del Cerro Negro que fue antecedida por cientos de sismos”.
Por otro lado, debe tenerse presente que en Managua existe un sistema de fallas independientes que podrían activarse tras un “evento sísmico de gran magnitud”. Murillo subrayó que en los extremos este y oeste de Managua hay fallas importantes: la de Cofradía y la de Mateare, que debido a su longitud tienen capacidad de generar sismos por encima de siete grados.
Hasta ahora la tendencia es que el número y la magnitud de los sismos disminuya. Sin embargo, agregó Murillo, seguirán produciéndose réplicas importantes, superiores a cinco grados en la escala de Richter y por debajo de seis grados.
Regresión del Xolotlán
En cuanto al retroceso del agua del Xolotlán, según los hallazgos de los expertos se debe a un levantamiento temporal del fondo del lago, efecto secundario de la alta sismicidad. Además, “la temperatura del lago está normal, tomando en consideración que siempre han existido puntos calientes de aguas termales en el sector oeste del lago”, apuntó.
Incluso, desde el inicio de los sismos, la temperatura superficial del aire se ha mantenido en los valores históricos para este mes: alrededor de 37 grados centígrados, según reporta la estación metereológica del aeropuerto Augusto C. Sandino.
Los científicos, dijo Murillo, también identificaron una falla que inicia en el epicentro del sismo de 6.2 grados en la escala de Richter, ocurrido el pasado 10 de abril, en tierra firme, cinco kilómetros al oeste de la costa del lago, entre Nagarote y Mateare. La falla se proyecta a lo largo de 20 kilómetros en dirección noreste en el lago Xolotlán y atraviesa la Isla Momotombito. En la misma alineación, entre el volcán Momotombo y el municipio de San Francisco Libre, “se detectó una importante falla que viaja a través de un río en dirección noreste” y podría ser la continuación de la falla principal.
También se detectaron tres fallas más pequeñas paralelas en el fondo del lago, con dirección este noreste, una está cercana al Momotombo y otra atraviesa el volcán Apoyeque.
Entre las recomendaciones de los científicos, está la de mantener “todas las medidas de prevención y monitoreo en el marco de la alerta roja”.
Mantienen alerta roja
Aunque el viernes 18 de abril estuvo en relativa calma, pues el sismo de mayor intensidad fue de 4.4 grados en la escala de Richter, eso “no quiere decir que la situación crítica ha cesado”, apuntó Murillo. Y agregó que es necesario mantener la alerta roja después de haber validado los hallazgos de los grupos de campo del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
Sin embargo, aclaró, en ningún momento se ha considerado, ni antes ni ahora, la evacuación de la ciudad de Managua. Solo se ha planteado que los ciudadanos deben dormir en espacios vacíos, áreas verdes, para estar protegidos.
Según Murillo, por ahora continúa la vigilancia y este sábado se tomarán más muestras en las fuentes de agua cercanas al volcán Apoyeque. “Mientras no se den varios días en los que se vaya demostrando que la intensidad de los sismos va disminuyendo, tenemos que estar en alerta. Estamos viendo terremotos de gran magnitud en distintos lugares del planeta”, señaló.