El presidente ruso, Vladimir Putin, estimó este sábado que "nada impide" la normalización de las relaciones entre Rusia y Occidente, que atraviesan su peor crisis desde la Guerra Fría debido a la situación en Ucrania.
"Creo que no hay nada que impida la normalización y una cooperación normal", declaró Putin en una entrevista transmitida por televisión. "Esto no depende de nosotros. O no depende sólo de nosotros. Depende de nuestros aliados", añadió.
Hace dos días, Rusia, Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea firmaron un acuerdo en Ginebra que debería disminuir la tensión en el territorio ucraniano, donde se registraron insurrecciones separatistas en el este rusohablante.
El presidente ruso también estimó que la relación de su país con la OTAN mejorará con el nuevo secretario general, el exprimer ministro noruego Jens Stoltenberg. "Tenemos muy buenas relaciones, incluso relaciones personales. Es una persona muy seria y responsable", dijo.
Vladimir Putin acusó esta semana al actual secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, de haber grabado en secreto una conversación privada que mantuvo con él cuando era primer ministro danés.
Mientras, los separatistas prorrusos mantenían bajo control este sábado por la mañana la administración regional de Donetsk, en el este de Ucrania, tras haber rechazado el acuerdo de Ginebra destinado a apaciguar la crisis en el país.
Unos cincuenta simpatizantes prorrusos se encontraban alrededor del imponente edificio, ocupado por los líderes de la autoproclamada ‘República de Donetsk’. El edificio, rodeado de sacos de arena, neumáticos y muebles formando barricadas, está vigilado por hombres con pasamontañas.
"Continuamos como siempre", indicó uno de los prorrusos a la AFP. "Un sacerdote ortodoxo se encuentra con nosotros en el interior para festejar este tarde la Pascua", agregó.
Alrededor del edificio, los habitantes pasean y corren como si nada ocurriese. La ciudad, que cuenta con algunos edificios públicos bajo control de los separatistas, funciona con normalidad.
El acuerdo cerrado el jueves en Ginebra entre los responsables de la diplomacia ucraniana, rusa, estadounidense y europea preveía el desarme de los grupos armados y la evacuación de los edificios públicos ocupados, entre otras medidas. Sin embargo, los prorrusos rechazaron este plan.